Rehenes. Un grupo de élite de la policía filipina rodea un autobús raptado por un ex oficial de policía en Manila, Filipinas. EFE
Policías filipinos con cascos y chalecos antibalas irrumpieron el lunes en un autobús secuestrado en el centro de Manila luego de que se escuchasen disparos y el secuestrador fue muerto a tiros, pero hospitales de Manila informaron que 6 de los 15 rehenes murieron.
El secuestrador fue muerto a tiros, dijo el superintendente policial Nelso Yabut.
El Hospital de Manila dijo que cinco rehenes fueron llevados allí, pero que dos llegaron muertos y tres vivos e ilesos. A su vez, médicos del hospital Manila Doctors informaron haber recibido cuatro personas fallecidas y una mujer herida y en estado crítico.
El Hospital General de Filipinas dijo que dos rehenes fueron llevados con vida allí.
El incidente comenzó cuando un policía despedido armado con un fusil M secuestró el autobús cargado de turistas de Hong Kong para demandar su reintegración al trabajo.
La Policía retomó el control del autobús y varias ambulancias rodeaban el vehículo. Previamente, el policía Roderick Mariano, citando al chofer filipino que había escapado del autobús momentos antes de que fuese rodeado por la policía, dijo que el secuestrador, identificado como el ex inspector policial Rolando Mendoza, de 55 años, había disparado contra los turistas.
Batalla campal
Una batalla campal en la cárcel Castaic, del condado de Los Ángeles, que dejó a 20 internos y dos alguaciles heridos es investigada, informaron aquí autoridades penitenciarias.
Según los primeros reportes, el incidente comenzó el domingo pasado en el área sur del Centro de Detención Pitchess, cuando internos destruyeron las instalaciones por más de una hora y arrojaron piedras y objetos a partir de las 14:30 horas locales.
Alguaciles del Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles se presentaron con cuerpos antimotines y obligaron a que unos 200 internos se replegaran.