Callan bocas. Afirman elementos del grupo español, que han callado muchas bocas de los que critican la banda o al rock duro.
MÉXICO, DF. Mägo de Oz logra entre el público esas dos reacciones que lo llevan al extremo: o los odias o los amas; sin embargo, con su más reciente disco, el cual es uno de los más vendidos en su país natal, España, "hemos callado la boca de todos aquellos que critican a la banda o al rock duro".
La agrupación pelea al tú por tú con materiales de cantautores como Joaquín Sabina e Ismael Serrano. Txus di Fellatio, baterista de la banda, indica, es un gran admirador de Sabina, así como de Joan Manuel Serrat.
"Las musas que tienen ellos, yo se las 'robo'. Todo lo que ellos no quieren yo lo tomo para poder escribir las canciones", indicó entre risas el músico.
Cabe mencionar, con su nuevo disco Gaia III: Atlantia, la banda cierra una trilogía dedicada a la Tierra, iniciada hace siete años para llamar la atención sobre el cambio climático y el daño que se hace al planeta desde hace miles de años.
"Con estos álbumes, también nosotros decidimos pedir perdón a Latinoamérica, una cultura que fue sometida a través de las conquistas hechas por los españoles", indicó Txus.
Mägo de Oz aprovechó su estancia en el país para hacer distintas presentaciones, entre ellas, su actuación en el Festival Internacional Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino.
Según el grupo, su nuevo trabajo es "el más oscuro" de su carrera, pero el carácter festivo que siempre los ha caracterizado no desaparece por completo. Fieles a su particular estilo, la banda continúa mezclando guitarras eléctricas con flautas y violines y componiendo canciones de larga duración.
Di Fellatio comenta que su estilo cautiva a un sinnúmero de seguidores, incluso son uno de los grupos favoritos de las hijas del presidente Zapatero.
Al cuestionarle si harán más adelante melodías al caso del juez español Baltasar Garzón, a quien acusan por investigar los crímenes de la Guerra Civil española, y quien también logró la detención del ex dictador chileno Augusto Pinochet, dijo que tal vez no lo hagan sobre el hombre, "sino al desagradable contexto histórico que propiciaron las desapariciones de muchas personas".