Estimados amigos, nos espera una semana con todo un festín futbolero, esperamos a los finalistas (al momento de escribir estas líneas todavía sin definir) del torneo nacional, y ocupa los reflectores mundiales el inicio de semana con el clásico por excelencia entre Barcelona y Real Madrid.
La transmisión en vivo del clásico español seguramente paralizará las actividades en buena parte del mundo, en un partido que centra la atención de futboleros y no futboleros, y de todos los aficionados a cualquiera de estas causas.
Los seguidores de ambos equipos, esperanzados en la victoria y en el regocijo del sometimiento del rival por excelencia, se frotan las manos en un partido en que se juegan muchísimas cosas, entre ellas el liderato de la Liga española pero sobre todo el placer de la victoria.
Los dos equipos llegan en un buen momento futbolístico, los merengues con José Mourinho, considerado como uno de los mejores técnicos si no es que el mejor a nivel mundial y que tiene la peculiaridad de polarizar los comentarios hacia su persona, disminuyendo la carga emotiva y el consecuente estrés para sus jugadores, y por los blaugranas Pep Guardiola, canterano y sin lugar a dudas todo un referente histórico del Barcelona, y que en poco tiempo ha incrementado no sólo las vitrinas del Nou Camp, sino además el número de seguidores en el mundo de esta gloriosa institución.
Los momios se inclinan a favor de los blancos y en espera de que por fin su mediática contratación, el portugués Cristiano Ronaldo, que llega al clásico con una buena racha goleadora, pueda ser capaz de anotar a los catalanes, en tanto se espera por la contraparte el despertar de la sensación del Mundial, David Villa, y se confía en la continuidad goleadora de Lionel Messi.
Se dice que Barcelona ha caído en lo predecible, sin embargo es de recordar que estos partidos se juegan con cara de perro y el cuchillo apretado en la boca y dispuestos a dejar sangre, sudor y lágrimas en la cancha. A disfrutar pues de una buena comida y de un buen platillo futbolero para iniciar de la mejor forma la semana. ¡Cierren las puertas señores, hay pelea de gallos!, y una pequeña licencia, felicidades a mi hermana Miriam el día de hoy en su cumpleaños. ¡Hasta la próxima!
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