Estimados amigos, llegamos a la época más bonita del año, tiempo de reflexión y de acercamiento con nuestros seres queridos, fin e inicio de tiempos viejos y nuevos, los unos para quedar en nuestros recuerdos y los otros para hacer nueva historia.
En el medio deportivo, y en especial en el beisbol, se les llama caballos a aquellos jugadores que representan la carta fuerte del equipo y que aparecen en el roster o la alineación constantemente. Así vienen a mi memoria grandes jugadores a quienes he tenido la fortuna de disfrutar como aficionado o como parte del deporte profesional, por sólo citar a algunos Ramón Arano, Jesús Sommers, Orestes Miñoso, entre otros del beisbol, como compañeros de equipo a Olaf Heredia, Benjamín Galindo, Miguel España y Rodrigo Ruiz, todos ellos incansables y omnipresentes en su trayectoria deportiva.
Y se quedan en nuestra memoria en el ámbito del deporte las brillantes carreras de aquellos que en esta temporada han dejado el deporte activo para continuar su carrera deportiva o personal en otras actividades, otros más continúan escribiendo páginas de oro en su ya de por sí brillante carrera deportiva.
Entre los que se van están Sergio Bernal, ahora ex arquero de los Pumas de la UNAM, cierra una carrera caracterizada por la discreción a pesar de su efectividad y logros, lo que ocasiono el reconocimiento de quienes supieron apreciar su larga y fructífera carrera con el equipo universitario, siempre un buen compañero dentro y fuera de las canchas.
Y mención aparte en la historia del futbol nacional, y en especial del medio local la carrera de Jared Borgetti, máximo goleador histórico de la Selección Nacional y de Santos Laguna, dueño absoluto de grandes logros, primer jugador mexicano en la Premier Ligue, en número de partidos y goles para Santos, y con una labor callada a favor de causas sociales, identificado completamente con esta región en donde desde hace años decidió radicar. En lo personal representa un gran orgullo haber visto llegar a Santos Laguna a ese joven con un cargamento de ilusiones, y participar a su lado en muchas de las que gracias a Dios se fueron cristalizando, así como el de gozar de su confianza aún en otros equipos y ligas.
Querido flaco, quedan en tu historia aún muchas páginas por escribir, espero seguir apareciendo en los renglones de algunas de ellas, queda tu carrera para la historia, guarda y atesora el cariño de la afición que no te olvida. Para todos ustedes, una ¡feliz Navidad!