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CONTEXTO LAGUNERO RÍETE EN EL TRABAJO

En 1780, Nicolás Sebastien Roch Chamfort, escritor, moralista y maestro francés, dijo: "El día peor empleado es aquel en que no se ha reído". Cien años después, en 1880, Víctor Hugo, también francés, poeta, dramaturgo y novelista dijo: "Te deseo de paso que seas triste. No todo el tiempo, sino sólo un día. Pero que ese día descubras que la risa diaria es buena, la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana".

En el siglo pasado, hace doce años, la película Patch Adams mostró los esfuerzos realizados por un estudiante maduro de medicina, quien en la década de los 70s sostuvo que el humor en las terapias curativas ayudaba en su recuperación a varios tipos de pacientes. A pesar de haber sido fuertemente combatido, su manera de observar la medicina ha sido reconocida mundialmente y ha sido catalogado como el creador de la risoterapia y de su inclusión en la medicina moderna.

Por lo general, todos hemos supuesto que humor y trabajo son conceptos antagónicos. Un estudio de la escuela de negocios SDA Bocconi de Italia, concluyó que reírse es importante para la supervivencia de la empresa: alivia la gestión de conflictos, no debilita el liderazgo y aumenta la productividad de los empleados. Lo cierto es que el humor y la risa por lo general se asocian más al tiempo de ocio que al tiempo en el que desarrollamos nuestro trabajo. Existe el pensamiento equivocado de que divertirse en el trabajo distrae la atención y puede tener un efecto negativo sobre la productividad. En un programa de doctorado en la Universidad de Bremen, en Alemania, el profesor Albert Sampietro ha realizado una tesis titulada "Humor in International Project Teams" (Humor en Equipos Internacionales de Proyectos) el cual, bien fundamentado, le lleva la contraria a esta idea.

Reír ha resultado ser una de las más efectivas fuentes de salud, hasta el punto que ha sido practicada y apreciada a lo largo de la historia en todos los ámbitos. Si reír sirve a los enfermos, su potencial en los sanos es aún mayor.

Quizá algunas personas se hayan hecho la siguiente pregunta: ¿por qué no reímos en las empresas? Cuando trabajé en una empresa del ramo avícola, el gerente corporativo de Calidad era una persona que reía con mucha frecuencia, siempre estaba alegre y contagiaba a todos con su buen humor, en todas partes era bien recibido y sin lugar a dudas uno veía que gozaba con su trabajo. Eso de que "los negocios son algo serio" es cierto, pero a pesar de ser serios se pueden llevar con buen humor y ello facilita afrontar los retos y las responsabilidades que ello representa. Además, los negocios no dejan de ser serios porque la gente que los hacen posibles sea feliz y ría por ello.

La idea de introducir catalizadores del estrés e inspiradores del buen ambiente como la risa, no es nueva. Se puede ver en comedias y películas tratando de enviar con ello un mensaje directo a quienes tienen la responsabilidad de dirigir empresas. Desafortunadamente, el mensaje en muchos casos no llega.

Un ejemplo común de la vida diaria en las empresas lo es el que se quiere que la recepcionista siempre esté sonriente, pero se le somete a horarios que apenas le permiten comer, atuendos que la asfixian, o a múltiples tareas que la estresan, se le regaña por dejar de atender una llamada de algún jefe por estar "perdiendo el tiempo" con un cliente y paradójicamente, se le envía a un curso de "atención al cliente" porque éstos se quejan de que ella deja de atenderlos por no responder el conmutador. ¡Por Dios!

¿Cómo interpretan quienes buscan empleo el mensaje que envía una empresa a las personas cuando solicita personal que pueda trabajar bajo presión? ¿Cuál debe ser la interpretación que debe hacer un empleado al ver que se procura por encima de lo que sea el bienestar del cliente, porque es el que paga y se descuida el bienestar de los empleados quienes son los que hacen posible lo que se ofrece al cliente? Quien dirige una empresa no puede exigir lo que se es incapaz de dar.

Se deben introducir a las empresas elementos de distracción controlados, de sano esparcimiento y, sobre todo, de un alto sentido humorístico a las jornadas de trabajo que se mantienen en sus instalaciones. El cliente debe sentirse feliz de ser atendido de manera excelente y quien lo atiende debe sentirse mucho más feliz de hacerlo. Y por ello, los empleados no deben ver el trabajo como una pesada tarea, sino como un agradable reto.

Son muchos los recursos humorísticos que se pueden aplicar en las empresas, medios que hagan no sólo verse felices a sus colaboradores, sino que realmente se sientan de esa forma. Entre ellos está el uso de periódicos electrónicos donde pueda destacarse "el chiste del día", proporcionado por un empleado o por la organización misma; los correos masivos con contenido hilarante pueden poner un alto al stress propio del trabajo diario. La catarsis laboral (experiencia interior purificadora, de gran significado interno, provocada por un estímulo externo), las reuniones no-administrativas para generar un mejor ambiente, y otras tantas expresiones de buen humor, podrían ser verdaderos detonantes de innovación, buen ambiente de trabajo y conexiones realmente sólidas con la visión y misión de la empresa.

Si de por sí la vida es bastante dura para la mayoría de las personas por el tráfico de la ciudad, los apuros económicos, el calor o las torrenciales lluvias, los altos costos de productos y servicios, los sucesos políticos y sociales, la inseguridad y las responsabilidades propias y colectivas y a todo ello le agregamos un entorno laboral con una supervisión oscura, exigente, estricta y malhumorada, ¿cómo podemos pretender ser eficientes y productivos? La empresa se debe convertir en una fuente de alegría, bienestar y satisfacción. No ha de ser sólo el cliente el que debe sentirse a gusto con nosotros, también debe estarlo nuestra gente. ¿Es esto muy difícil de entender?

Qué tan grata será la risa que cuando hemos tenido reveses, después de algún tiempo contamos las anécdotas y nos reímos de nosotros mismos, encontrando el lado gracioso de las circunstancias y descubriendo la parte amable de la vida.

Reír y ser optimistas son condiciones fundamentales para triunfar en la vida. Jamás quienes dirigen una empresa y tienen genio adusto han sido bien recibidos. Es común que por su mal genio terminen con gastritis agudas, úlceras estomacales, estrés laboral, abandono marital y hasta en la tumba a muy temprana edad.

Correo electrónico: jgonzalez2001@hotmail.com

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