La Inteligencia Empresarial es un proceso que, basado en el análisis de la información relativa al negocio y a su entorno, permite describir y prever los hechos tecnológicos, sociales y de mercado, facilitando con ello la orientación estratégica de la empresa y la toma de decisiones al determinar y evaluar las tendencias. Las tendencias son patrones de comportamiento de los elementos de un entorno particular durante un período determinado de tiempo.
Armando Fuentes Aguirre dijo en son de broma en una de sus columnas: "es muy difícil hacer predicciones, sobre todo acerca del futuro". Efectivamente, determinar las tendencias no es nada fácil ya que los hechos no se mueven en estricta línea recta hacia ninguna dirección, son zigzagueantes, tienen crestas y valles, pueden ir a la alza o a la baja, o tener movimientos laterales.
La inteligencia empresarial analiza tres tipos de tendencias, las de largo plazo o tendencias principales, las de mediano plazo o intermedias y las de corto plazo o inmediatas. En realidad hay un número no determinado de tipos de tendencias, desde las muy inmediatas y que son vigentes por minutos u horas, hasta las que se desarrollan en períodos de cincuenta o más años.
Aunque el entorno de las empresas tiene hoy, como nunca antes, una gran variabilidad, gracias a la existencia de métodos para obtener información de diversas fuentes y a que la tecnología actual permite desarrollar modelos muy precisos de predicción, el análisis de las tendencias nos da conocimientos muy valiosos sobre el comportamiento y las características futuros de las empresas.
Para medir la dirección de desarrollo en un período dado, las tendencias analizan información histórica de un conjunto determinado de variables, independientemente de su complejidad y crean modelos para predecir eventos para con ello optimizar las decisiones. Los análisis de tendencias requieren una amplia gama de fuentes de información y las bases de datos, los sitios web, y otros recursos de la Internet, son los de mayor utilidad. Además es necesario emplear herramientas matemáticas durante el proceso de búsqueda, análisis y evaluación de la información, para obtener conclusiones con un alto grado de certeza o de riesgo bajo.
Por ejemplo, la tendencia del crecimiento económico de los países en 1970 era ocupar la mayor parte de la mano de obra disponible, sin embargo, con el paso del tiempo la tendencia cambió para dar un giro hacia la productividad y no sólo al empleo de la mano de obra en sí misma. El crecimiento económico dependería del nivel de productividad de los países lo cual hoy es todavía una realidad. Para los países con pocos recursos naturales la productividad representa un parámetro de vida o muerte. El nivel de productividad que requiere Europa es más alto que el de los Estados Unidos y el nivel de productividad, por ejemplo, que requiere Japón, es mucho mayor que el de Europa para ser competitivo. Los países que detectaron la tendencia a tiempo y que hicieron lo conducente para tener una alta productividad (uso eficiente de los recursos disponibles) son los que alcanzaron un alto crecimiento económico.
Las tendencias de mayor riesgo son aquellas que dependen o se ven afectadas por la globalización y los cambios tecnológicos, (¿cuáles no lo son?). Y para afrontar estas tendencias se requiere la colaboración de los empresarios y el gobierno. Hoy todos estamos, nos guste o no, integrados a la economía global y sus efectos. Lo que hoy afecta nuestras a vidas, no es sólo el clima o lo que pasa en nuestra región; para mantener nuestro empleo, por ejemplo, dependemos de las decisiones de quienes definen la cadena de suministros y que decidieron cambiar la producción de México a China. O comprar el mármol en Turquía o China en lugar de comprarlo en La Laguna.
Es difícil lograr que las empresas que aún no lo hacen, pongan su atención en las tendencias. Todavía una gran parte de los procesos y las decisiones ejecutivas se toman solamente sobre la base del plazo más inmediato y no en el mediano y largo plazos. Un primer paso consiste en sensibilizar a la gente para que reconozcan que las tendencias sirven para una mejor planeación ya que la mayor parte de ellas se presenta a final de cuentas como fueron previstas. El proceso estratégico de planeación se debe adaptar a las tendencias.
Cuando planeamos en las empresas, debemos hacernos preguntas que nos lleven a buscar las tendencias del mercado: ¿cómo nos adaptaremos a los cambios de cultura en la población y a sus nuevas demandas? ¿Seremos capaces de competir con competidores asiáticos que ya están centrando sus estrategias de mercado en productos de valor agregado y que están empezando a exportar a Estados Unidos? Este tipo de preguntas nos fuerza a reaccionar y adaptarnos para permanecer competitivos. Los ejecutivos deben invertir tiempo en la Inteligencia Empresarial para analizar las tendencias y contestar una pregunta clave: ¿que tenemos que hacer para tener éxito en los próximos tres a cinco años?
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