Hace siete años, una pasarela de modas despertó en la mente de la Señora Liu Xia -quien en el año 2003 era propietaria de un pequeño negocio del ramo textil- la idea de un nuevo negocio. Hoy, Liu es propietaria de un negocio en Beijing que diseña y produce, con su propia marca, zapatos de piel de muy alta calidad, hechos a mano.
La empresa, desde su origen textil, se llama Craftsmanbar e inició operaciones en la provincia de Shandong de donde Liu es originaria. Cuando se cambió al giro del calzado, una empresa local la contrató para trabajar en un evento de ropa de última moda. Se le encomendó diseñar y proveer los zapatos que combinarían con la ropa que lucirían las modelos. El resultado fue un desastre. Con un elevado sentido del estilo, las modelos europeas, encolerizadas y sin ninguna explicación, se negaron a salir a la pasarela con los zapatos diseñados y producidos por la Sseñora Xia.
"Yo pensé que esas modelos eran muy quisquillosas y que de manera intencional estaban tratando de encontrarle fallas a mis zapatos" dice Liu. Todavía es fecha que ella, aún estando acostumbrada a los retos y a la automejora, no puede olvidar este incidente y ello la motivó estudiar la cultura europea y la manufactura de zapatos tratando de encontrar los aspectos que molestaron a las modelos. Concluyó que las modelos esperaban zapatos de diseño refinado hechos a mano y no los modelos genéricos que ella había seleccionado para el evento.
En China, los tradicionales zapatos hechos a mano tienen una imagen muy baja entre la población y Liu se sorprendió al saber que en occidente, los zapatos de buen diseño hechos a mano son altamente apreciados y gradualmente, la idea fue tomando forma. Liu se dedicaría a traer a China el negocio de los zapatos de alta calidad hechos a mano.
En el año 2004, la Señora Xia se dedicó de tiempo completo a terminar la fase de preparación de su propia marca Craftsmanbar, cumpliendo con todos los requisitos legales. Repitió lo que ya había hecho en sus negocios previos: contratar y entrenar muy bien a un pequeño grupo de colaboradores para, eventualmente ir a establecerse a Beijing. Hasta el año 2007, ella no estaba completamente satisfecha con la calidad de sus zapatos como para iniciar las ventas y se dio cuenta que a sus artesanos les tomaba por lo menos un año de práctica para llegar a ser capaces de producir zapatos que llenaran las expectativas de los clientes potenciales.
Finalmente, al momento de iniciar las ventas, prácticamente se había quedado sin dinero y el primer día un cliente ordenó un par de zapatos. En este año 2010, ya hay dos establecimientos de Craftsmanbar en Beijing y generan un poco más de $600 mil dólares de ingresos anuales. En el más pequeño de los dos locales, ubicado en una exclusiva zona comercial, los zapatos se exhiben con precios marcados de 4,980 yuans (cerca de $750 dólares) mientras que las marcas internacionales ofrecen zapatos similares por el triple de eso. El primer par de zapatos se vendió en 980 yuans ($150 dólares).
Craftsmanbar ha tenido éxito porque se ha enfocado al cliente y entiende las necesidades de éste; qué tipo de pieles prefiere, los colores que se demandan, con qué tipo de ropa se usarán los zapatos. Respecto al color, la Sseñora Xia dice que en seis meses de investigaciones encontró el secreto para teñir la piel con el mismo éxito con que lo hace la prestigiosa marca francesa Berluti.
La empresa china está enfocando sus esfuerzos en abrir 30 establecimientos adicionales en territorio chino en los próximos tres años. Liu ha tomado más inspiración para su negocio desde que participó en el curso de capacitación "10,000 mujeres" de Golman Sachs en la Universidad Tsinghua. "Antes de tomar el curso mi visión era sólo como comerciante- dice Liu- y hoy me veo como una emprendedora con responsabilidad social. Las fábricas de China maquilan marcas extranjeras como Nike, pero no tienen sus propios productos competitivos, mi meta es crear zapatos diseñados en China y con marca propia".
En lugar de adoptar la frenética cultura empresarial China del crecimiento, Craftsmanbar ha trabajado pacientemente y con método tratando de evitar los errores de la mayoría de los emprendedores chinos que matan los negocios por pretender crecer demasiado rápido.
De acuerdo con Michel Santi, profesor emérito de la Escuela de Negocios HEC de París, "Si el emprendedor no tiene el dinero necesario, tendrá que obtenerlo de inversionistas diluyendo su utilidad. Esa es una regla del capitalismo. Un emprendedor con buenas ideas y planes, sin dinero, consigue fondos de gente que no tiene esas ideas, pero que sí tiene los recursos económicos".
La Señora Xia, alumna del profesor Santi en el curso de Golman Sachs, no quiere perder control en su empresa y ve con cautela a los inversionistas externos los cuales, si estuvieran en Craftsmanbar, pudieran llevar a la empresa a una loca carrera de sólo buscar utilidades más rápidamente.
Comarca Lagunera.
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