"Si pudiéramos vender nuestra experiencia por el costo que pagamos por ella seríamos Millonarios."
Abigaíl Van Buren
Hay un exceso de capacidad de refinación de gasolina en Estados Unidos y el mundo. Comprar una refinería en el sur de la Unión Americana tendría un precio de apenas 25 por ciento del costo de reposición. Por ello se ha cuestionado que Pemex esté invirtiendo cuando menos 65 mil millones de pesos, que podrían llegar a 90 mil millones, para construir una nueva refinería en Tula.
Pemex Refinación va a perder este año 60 mil millones de pesos. Sus pérdidas han oscilado entre 40 mil y 120 mil millones de pesos anuales, dependiendo de los precios que fija la autoridad. Por ello se espera que la refinería pierda dinero.
Entre el 40 y el 60 por ciento de las pérdidas de Pemex, me dice un funcionario de la paraestatal, es producto de "supuestos incorrectos". No es sólo el hecho de que el negocio de la refinación tenga márgenes muy reducidos, especialmente en comparación con el crudo, sino que las autoridades que fijan los precios locales rara vez prestan atención a las condiciones reales del mercado. Sus decisiones reflejan criterios políticos que provocan pérdidas a la empresa que es -o debería ser- de todos los mexicanos.
El precio del gas LP, por ejemplo, que es el que más se usa en los hogares de nuestro país, no lo fija Pemex con base en sus costos sino la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Tan sólo en este producto la paraestatal está registrando pérdidas por 18 mil millones de pesos anuales debido a estos precios artificiales.
Si Pemex pudiera fijar sus precios sobre la base de costos reales y completos, incluso los financieros y de desarrollo, la empresa eliminaría pérdidas de alrededor de 140 mil millones de pesos. Esto es aparte de los impuestos excesivos que ya paga la petrolera. Pemex pierde en "impuestos escondidos" una vez y media el equivalente a sus gastos de operación.
A menudo se ve al sindicato como la razón de los problemas financieros de Pemex. La nómina de la empresa dista de ser esbelta. El pasivo por las pensiones no fondeadas es una bomba de tiempo que tarde o temprano va a estallar. Lo peor es que ese pasivo está creciendo a cifras anuales de doble dígito. Pero el negocio del petróleo crudo es tan generoso que alcanza para cubrir el exceso de personal y las pensiones no fondeadas. El verdadero problema radica en el saqueo de la paraestatal a través de esos impuestos ocultos
La refinería de Tula no perderá dinero si se mantiene una política realista de precios y en cambio sí puede evitar que crezca la dependencia de nuestro país de la gasolina extranjera. Actualmente México importa el 40 por ciento de la gasolina que consume; y sin la refinería la cifra podría subir al 60 por ciento. En un momento en que en lugar de un exceso hubiese escasez de gasolina, las refinerías estadounidenses podrían negarse a venderla a México. Pemex está así comprando un seguro, aunque quizá muy caro. Como decisión de negocios lo lógico sería usar el dinero para desarrollar petróleo crudo.
Es importante que Pemex empiece a tomar decisiones de negocios y no políticas. Para los mexicanos más pobres, aquellos que no tienen ninguna otra propiedad, Pemex y las reservas petroleras son su único patrimonio. Malgastar los recursos de la empresa y las reservas de crudo para favorecer a los trabajadores de la empresa, para subsidiar a los automovilistas o para salvar a los funcionarios del costo político de cobrar impuestos equivale a robar a los más pobres.
Una vez más la Corte Interamericana de Derechos Humanos falla contra México. Ahora es el caso de dos indígenas violadas por militares en Guerrero en 2002. Los soldados que abusaron de ellas no han recibido ningún castigo y están sometidos al fuero militar. La Secretaría de Gobernación dice que México cumplirá con las sentencias. Con éstas, son cuatro los fallos de la Corte condenando a militares mexicanos por violaciones a los derechos humanos.
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