Con el objetivo de preservar los frescos precolombinos distribuidos en distintos sitios arqueológicos de México, se creó el Programa Nacional de Conservación de Pintura Mural Prehispánica.
Con el objetivo de preservar los frescos precolombinos distribuidos en distintos sitios arqueológicos de México, se creó el Programa Nacional de Conservación de Pintura Mural Prehispánica.
Ello permitirá establecer una estrategia de protección planificada, consistente y continua, de murales que se hallan en contextos tan diversos como complejos.
En la presentación de este proyecto, el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Alfonso de Maria y Campos, se congratuló por esta colaboración que se da con las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM) y de Florencia, Italia.
Durante el acto, en el Museo Nacional de Antropología, se dio un reconocimiento al doctor Piero Baglioni, catedrático de la Universidad de Florencia, cuyo trabajo en la aplicación de la nanotecnología para la preservación de bienes culturales ha permitido estabilizar destacados ejemplos pictóricos en algunas zonas arqueológicas de México.
En presencia de la doctora María Teresa Uriarte, directora del Seminario de Pintura Mural Prehispánica, de la UNAM, De Maria y Campos otorgó a Piero Baglioni la presea 'El caballero águila', máxima distinción que otorga el INAH a personalidades que han contribuido a la investigación, preservación y/o difusión del patrimonio nacional.
El director del INAH anunció que en 2010 el programa arrancará en los sitios arqueológicos en los que personal del INAH ha trabajado previamente en conjunto con Piero Baglioni y la UNAM.
Es decir, Calakmul (Campeche), Tlatelolco (Ciudad de México), Cholula (Puebla) y Mayapán (Yucatán); en los dos últimos, a fin de eliminar los polímeros aplicados en superficies años atrás y que actualmente ocasionan deterioros.
Además, están consideradas las zonas arqueológicas de Cacaxtla, en Tlaxcala; Tamuin, en San Luis Potosí, y Bonampak, en Chiapas, donde se llevó a cabo en 2009 una temporada de campo con excelentes resultados, de tal suerte que este año se espera terminar integralmente la conservación de este sitio.
Cabe destacar que toda la información que se reúna a partir de la creación del Programa Nacional de Conservación de Pintura Mural Prehispánica, servirá como base para la formación de un centro de conservación e investigación en la materia, que atienda las distintas regiones del país, con metas establecidas a corto, mediano y largo plazo.
El funcionario expresó que el lanzamiento de este programa es muestra del impulso que, desde el interior del INAH, se lleva a cabo para sumar los trabajos de distintas áreas, como lo son la arqueología y la conservación, en pro de un fin común.
Agregó asimismo que 'es importante sumar y no restar, en este caso con la Universidad de Florencia, que es el alma mater de la conservación en México; así como con la UNAM, donde el interés de la doctora Beatriz de la Fuente originó un registro muy completo de las expresiones pictóricas precolombinas y de su estudio, a través del Seminario de Pintura Mural Prehispánica'.
Cabe mencionar que el Programa Nacional de Conservación de Pintura Mural Prehispánica también integrará importantes ejemplos de la época de transición y de los albores de la Nueva España, como son los frescos del siglo XVI, elaborados por manos indígenas y españolas.
Lilia Rivero Weber, coordinadora nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH, dijo que para lograr lo anterior se propone un programa que se desarrollará mediante tres líneas de acción: diagnóstico, propuesta integral y gestión.
Entre los objetivos específicos se encuentran la recopilación de toda la información producida por distintas áreas en los últimos 20 años.
Ella servirá como base para la elaboración del diagnóstico; además de realizar un dictamen regional a partir de visitas de inspección en distintas zonas arqueológicas y la evaluación de intervenciones realizadas.
También se efectuará un mapeo de los sitios que requieran conservación emergente y serán instauradas las líneas de trabajo del plan estratégico, en las que estarán involucradas distintas dependencias de las instituciones copartícipes.
Esto dará pie a la elaboración de proyectos específicos de conservación interdisciplinarios, conforme las necesidades y la problemática de cada zona arqueológica.
