La desesperación entre la población más afectada de esta capital va en aumento, ante la falta de alimento, agua, medicamentos y atención médica que aún priva, pese a que la ayuda está en la fase de atención a esos requerimientos urgentes.
Rostros con desesperanza, miradas tristes, llorosas; el enojo y el coraje invaden a los haitianos a quienes el terremoto los dejó sin nada, y quienes ven llegar a cuentagotas el apoyo internacional.