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Cuando el tamaño sí importa

La estatura cobra importancia cuando para la persona es indispensable la aceptación de la sociedad

Cuando el tamaño sí importa

Cuando el tamaño sí importa

Miriam Barker

Nuestra vida emocional se conforma a partir diferentes factores como son: las experiencias tempranas, la relación con nuestros padres, el desenvolvimiento social y las circunstancias de la vida misma; de esta forma, el concepto que creamos de sí mismos se encuentra prácticamente asociado a lo que logramos recopilar a lo largo de la vida, a partir de los factores mencionados.

La estatura, es un elemento que conforma nuestra imagen, que a su vez es parte del auto-concepto, reconocido a partir de características físicas (estatura, complexión, color de piel, de ojos, genética, etc.) y características emocionales (autoestima, identidad, género, temperamento, seguridad, etcétera). De esta forma ante el autoreconocimiento el nivel de aceptación de sí mismo es fundamental. En una persona que logra aceptarse tal y como es, que no se compara todo el tiempo y que confía en sí misma, su autoestima y percepción del mundo, serán en consecuencia mejores y más sanas.

La confianza se puede comprender desde la perspectiva de dos niveles: El primero la confianza en uno mismo, es incondicional, en la que nos sentimos con valor, no es superior ni inferior a otros y no se ve afectada por los acontecimientos o hechos cotidianos y es nutrida en parte de las manifestaciones de afecto recibidas en la infancia. Y la autoconfianza condicionada, misma que depende de los éxitos y nuestras relaciones con los otros, haciendo esto, entramos en un sistema de dependencia de nuestras acciones y de los demás: para ser bueno, debo demostrarlo.

Nuestra estatura cobra importancia, cuando la aceptación de nosotros depende del condicionamiento de los otros; es decir, la aceptación de la sociedad, si mis amigos o conocidos me aceptan o el reconocimiento social en función del comparativo con la estatura de otros. Dicho condicionamiento es tal, que si a nivel social no existe aceptación y nuestra autoestima se encuentra condicionada al reconocimiento del otro, el tema de la estatura puede ser fatal en nuestra vida emocional.

De esta forma, es importante buscar un equilibrio entre los dos niveles de confianza, un poquito de autoconfianza condicional te resulta útil ya que te abres a otros, estarás atento a sus reacciones respecto a ti con lo que podrás progresar en todo lo que haces. Sin embargo, la aprobación o amor que tengas hacia ti, no puede permitirte dejarlo a la deriva, siempre es importante que el reconocimiento principal en tu vida sea el propio.

Si ante lo anterior, has detectado que te encuentras en esta situación, es decir, en constante búsqueda de aceptarte a partir de la aprobación de los demás, es importante tomar en cuenta lo siguiente:

· Afírmate ante los demás usando técnicas de autoafirmación (yo valgo, me agrado, me reconozco, decido, etc.)

· Relativiza tu necesidad de aprobación, haz una lista de tus cualidades, utiliza la técnica de sondeo.

· Aprende a amarte sin condiciones.

Así mismo, es importante establecer una clara diferencia entre un problema de auto-percepción, y una problemática biológica. Al hablar de aspectos biológicos y genéticos, la problemática adquiere una perspectiva diferente que requiere especial atención.

Las enfermedades asociadas que afectan la estatura de un individuo son el enanismo y el gigantismo. Ambas caracterizadas como trastornos genéticos y hormonales.

El enanismo, es la condición que se caracteriza por una estatura inferior a los 1.27 metros; la primera causa de talla baja son las alteraciones genéticas, trastornos endocrinos y ortopédicos.

El gigantismo en cambio, es el crecimiento desmesurado en especial en los brazos y en las piernas, acompañado del correspondiente crecimiento en estatura de todo el cuerpo. Cuando aparece en la infancia, antes de que la osificación normal haya finalizado su origen, suele estar en una sobreproducción de la hormona del crecimiento en la hipófisis anterior. Conduciendo a múltiples dificultades asociadas a debilidad muscular, alteraciones sexuales, en algunos casos, y en especial dificultad para integrarse socialmente.

Para la detección de ambos

trastornos es importante

tomar en cuenta lo siguiente:

Enanismo:

· Estatura baja (por debajo del percentil

cinco de la tabla estándar de crecimiento,

un adulto de menos de 1.50 m o

5 pies de estatura).

· Crecimiento lento antes

de los cinco años.

· Ausencia o retardo en el

aumento de la estatura.

· Ausencia o retardo del desarrollo sexual

en adolescentes.

· Sed excesiva acompañada de micción excesiva.

· Dolores de cabeza.

· Aumento del volumen de orina.

Gigantismo:

· El niño crecerá en estatura, al igual que en

músculos y órganos; este crecimiento excesivo hace que el niño sea extremadamente grande para su edad.

· Retraso en la pubertad.

· Visión doble o dificultad con la visión lateral.

· Prominencia frontal y mandibular.

· Dolor de cabeza.

· Aumento de la transpiración.

· Períodos (menstruación) irregulares.

· Manos y pies grandes con dedos gruesos.

· Secreción de leche de las mamas.

· Engrosamiento de las características faciales.

· Debilidad.

De esta forma, la detección y atención primaria arroja un pronóstico positivo. La vigilancia clínica debe ser proporcionada por un médico familiar, seguido de un endocrinólogo, que base el tratamiento en la administración de la hormona del crecimiento, principalmente. Es importante destacar, que la estatura puede ser una cuestión de actitud; pues la confianza en sí mismo, se reflejará sin importar la presencia de centímetros de más o de menos; a final de cuentas todo se verá de acuerdo al cristal con que se mire.

Fuente: Eva Eloisa Albores Zatarain,

Psicóloga

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