La atención odontológica infantil es sin lugar a duda una ardua labor de quienes la llevan a cabo y no sólo por la preparación profesional que tienen los especialistas en esta área de la odontología, sino también por todo lo que conlleva el poder tener un lugar que reúna todas las expectativas para poder realizar y brindar estos servicios a la población infantil.
La organización y la decoración en estas áreas de trabajo nos hacen recordar nuestros días de infancia, puesto que son acondicionadas con todo lo necesario para crear una atmósfera infantil, en donde los pacientitos se sientan en su ambiente.
Una visita a un consultorio de odontología infantil es todo un acontecimiento para el infante y éste inicia en el momento que el paciente cruza la puerta principal del consultorio, en este instante inician las preguntas y las dudas, ¿qué me dirá el doctor?, ¿cómo será el doctor?, ¿sentiré alguna molestia o no?, y así un sinnúmero de interrogantes invaden el pensamiento de nuestro pacientito, quien afortunadamente al recorrer con su mirada en la sala de espera, encuentra una área de juegos, un espacio destinado precisamente para él, aquí al interactuar con otros niños, o jugar con los distractores que en esta área se encuentran, su temor y angustia se disipará o atenuará, ayudándole así a que se encuentre más relajado en el momento en que sea llamado para ser atendido.
Y así después de un rato, la asistente dental lo llama, avisándole que es su turno para que pase con el doctor, en ese momento nuestro paciente dirige la mirada hacia la mamá o el papá y les dice muchas veces sin hablar, órale ya me toca, y entonces la asistente lo pasa al operatorio y allí lo recibe el doctor quien lo invitará para que se siente en el sillón dental para revisarlo, desde luego y dependiendo de la edad del pacientito el doctor utilizará todas sus habilidades de manejo de conducta, para tratar de motivar al paciente, quien al mismo tiempo estará a la expectativa de qué es lo que me hará este cuate que ni conozco, si me hace algo que me moleste pobre de él, que al cabo aquí está mi mamá y mi papá para ayudarme.
Esto que parece un cuento de historietas, es lo que cotidianamente se vive en un consultorio de odontología infantil, que afortunadamente una vez ganada la confianza de nuestros pequeños pacientitos son en la mayoría de los casos, mejores y más cooperadores que algunos adultos.
Creo sin lugar a duda, que para los que nos dedicamos a la atención odontológica infantil, es extraordinariamente gratificante el poder devolver esas increíbles sonrisas en los rostros de estas pequeñas y preciosas personitas, y por ello vale la pena el esfuerzo.
Prevengamos hoy, para tener mejor salud bucodental mañana.
"Es la prevención, nuestra mayor preocupación".
¡Hasta la próxima!
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