El Papa Benedicto XVI dio hoy el 'último adiós' al cardenal alemán Paul Augustin Mayer, quien falleció el viernes 30 de abril a la edad de 98 años siendo el purpurado más longevo de la Iglesia Católica.
El pontífice dirigió un discurso, durante el cual recordó vida y obra de quien fuera su amigo, en la Basílica de San Pedro del Vaticano luego de la misa de exequias que fue presidida por Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio.
En su mensaje Joseph Ratzinger afirmó que la esperanza 'fundada en la sólida roca de Dios' asegura a los seres humanos que la vida de quienes mueren en Cristo 'no termina, se transforma' porque 'al deshacerse la morada terrenal' se adquiere 'una mansión eterna en el cielo'.
'En una época como la nuestra, en la que el miedo a la muerte conduce a muchas personas a la desesperación y a la búsqueda de consuelos ilusorios, el cristiano se distingue porque pone su seguridad en Dios, en un amor tan grande que puede renovar el mundo entero', apuntó.
Evocó las actividades de Mayer, desde su paso como rector del Pontificio Ateneo San Anselmo, su papel como fundador del Pontificio Instituto Litúrgico y su trabajo como secretario de la Congregación para los Religiosos e Institutos Seculares.
Además de su nombramiento, en 1985, como prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos así como su desempeño como presidente de la Pontificia Comisión 'Ecclesia Dei'.