Variedad. El tiempo de frío es también temporada de dulces, chocolates y pan de dulce, que tiene mayor demanda. EL SIGLO DE TORREÓN / PRIMITIVO GONZÁLEZ
Con las bajas temperaturas, las panaderías y comercios dedicados a los dulces registran un incremento en sus ventas
Llega el tiempo de frío y con él la venta de dulces y pan de azúcar, ya que es cuando más se antoja durante el invierno. Las ventas de estos productos ya comienzan a repuntar en las panaderías y dulcerías no sólo de esta ciudad, sino de la región.
DE TODOS COLORES
En una dulcería del interior del Mercado José Ramón Valdez se ofrecen diversos tipos de dulces, como los muéganos, cajeta de membrillo, alfajor de coco, dulces de biznaga, de camote y de leche con nuez.
Una gran variedad de dulces se aprecian en las vitrinas de las dulcerías, que en tiempo de calor no tienen la demanda que experimentan con las bajas temperaturas.
"Pues sí, este tiempecito mueve más el dulce, se vende más y ojalá tengamos buena temporada, ya que por lo general la situación es tan difícil que hay va uno al día", comenta el dueño de una pequeña dulcería del interior del mercado gomezpalatino.
"Ahorita sí deja la venta de dulces, pero lo que no deja es la fruta, pues se gana poco y rápido se echa a perder", dice el dueño de la dulcería del mercado, que en tiempo de calor vende frutas y verduras.
EL RICO PAN
Otros de los negocios con mayor venta en el otoño e invierno son las panaderías, toda vez que las familias compran más pan de dulce o repostería, aunque cada vez hay menos panaderías tradicionales debido a las grandes tiendas de autoservicio que tienen su departamento de panadería y pastelería.
Un panadero, con más de 30 años de experiencia, asegura que el sabor del pan ya no es el mismo que años atrás.
"Hace muchos años, fueron los españoles los que trajeron este oficio, y por aquellos tiempos el pan tenía otro sabor debido a que se utilizaba leña para calentar el cocedor y ahora se utiliza gas o hay cocedores eléctricos, además que también se usa maquinaria para hacer las revolturas de la masa y para cortarla, de tal manera que ya no lleva el sabor que le daba la leña.
"Antes revolvíamos la masa con nuestras manos, pero ya todo eso pasó a la historia, aunque todavía hay algunas panaderías tradicionales", dice.
