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Daños colaterales

Las laguneras opinan...

LUCRECIA MARTÍNEZ

 E L lunes me avisa una amiga que al hijo de dieciocho años de Viky lo mataron en la balacera del Tajito, pasaba por ahí con su tío después de un juego de futbol, que era su actividad además de ir a la escuela, el tío quedó mal herido y él murió. Viky, madre sola, su hijo era el motivo por el cual trabajaba incansablemente haciendo trabajos de belleza a domicilio, estaba orgullosa de que el veintiuno pasado presentara su examen para entrar en la UTT. Ahora para ella: ¿Qué sigue? Me quedé consternada.

Ante lo que estamos viviendo en el país, esta vorágine de violencia, que no vemos cuándo pueda terminar, estamos en una guerra con veintiocho mil muertos, más los que se acumulen en la semana, luchando con el monstruo de mil cabezas, que cortan una y emergen mil. ¿Estará realmente consciente Calderón?

Ahora que está tan de moda el budismo, tomando aquello de los karmas, no sé qué es lo que hicimos mal como país, como ciudadanos, que tengamos que pagar con un precio tal alto. El famoso cambio nos trajo todas las desgracias inimaginables, y creo que lo peor está por venir. El señor que no había sido ni regidor de una alcaldía, se sienta en la Presidencia y desde ahí, basándose en no sabemos qué, decide hacerle la guerra al narcotráfico; pero en las calles, con el ejército. Ya entrado en locuras y aberraciones, hubiese sido más patriótico declararle la guerra a Estados Unidos, no sé cómo no se le ocurrió; al menos tendríamos un enemigo en común, y los que muriesen habrían sido por la Patria, no en balde.

Es tanta la indignación y la impotencia, sobre todo cuando vemos que nadie es responsable, que no hay detenidos y menos sentenciados, los rumores dicen fueron éstos o aquéllos, pero la autoridad nada; y el colmo cuando se afirma que se matan entre ellos, que los muertos y los asesinos son los mismos de diferentes bandos; pero déjeme decirle al señor Calderón que tan responsable es el que mata como el que da la orden, y aquello que Usted dice que son muertes colaterales y que los mafiosos son una minoría, demuestra la pequeñez de su espíritu, la desvergüenza de su clase política. Si viviésemos en la Grecia de Pericles, usted ya hubiese sido ejecutado junto a sus secretarios, por su estrepitoso fracaso.

Usted, por ahora nos queda claro, que está muy entretenido y preocupado con el tema electoral, y "por el bien de México" para que no gane el PRI, no ha tenido el menor empacho en juntarse con el diablo si el preciso, con tal de que su cauda de vividores no pierdan sus privilegios. Como muestra tenemos la candidatura de Greg el expresidente municipal de Cancún a la gubernatura del Estado; bastó una reunión de usted con Ortega para que se detuvieran las órdenes de aprehensión que tenía en su contra por el delito el asesinato, y con la promesa de ayudar en la elección a sus candidatos, usted "por el bien de México", apoya a un delincuente; y para crear una base social ad hoc; arribaron a ese centro turístico cientos de camiones del D.F., que con la promesa de tierras y casas, han invadido terrenos y desarrollos inmobiliarios completos, con la bandera de los partidos y protección de la mafia cubana que el candidato importó, de donde es su no sé cuál, número de esposa. Que se va a perjudicar el turismo y la inversión, ¡no importa! Que gane Greg ¡"por el bien de México"!

¡¿Eso es el Estado de Derecho que usted tanto proclamó?! ¿Cómo le va a hacer, va a mandar al ejército a sacar a esa gente? O a lo mejor está planeando una repartición urbana que no venía en su proyecto de Gobierno, con tal de que no gane el PRI, "por el bien de México".

¡Ya Basta! Estamos tan indignados que no encuentro los adjetivos para calificarlo que me puedan dejar satisfecha, ¿qué ha hecho usted con nuestro país? ¿Cree usted que cuando salga va a poder vivir aquí? ¿Usted cree que va a poder andar en las calles como si nada? Pues déjeme decirle que no creo. Maldita sea la hora que usted llegó a la Presidencia, ahora hay más pobres, menos trabajo, menos inversión, menos turismo, asesinatos, secuestros, asaltos, robos. La impunidad al alza y muchísima más frustración, usted nos ha robado las esperanzas, los sueños, el futuro.

Pídale a Dios que nunca se encuentre en el lugar de las miles de Vikys que han perdido a sus hijos de la manera más cobarde, que sienta en carne propia, que le digan que son "daños colaterales" o que califiquen a sus hijos de sicarios al servicio del crimen organizado.

Y por favor, por favor; quítese de ingenuidades y no se emocione con los aplausos del Congreso en Estados Unidos, acuérdese que son ellos los que venden las armas y que esta guerrita en México le representa un extra que tampoco quieren que se les acabe, los legisladores allá, también tienen sus compromisos. Los complejos señor Calderón, dicen los psiquiatras, son muy malos consejeros.

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