M Ientras en Arizona las campañas electorales se dirimen con la promulgación de leyes xenofóbicas, aquí en California la férrea lucha por la gubernatura se dará de nueva cuenta entre políticos y archimillonarios.
La carrera para relevar al vapuleado gobernador Arnold Schwarzenegger la encabezan el veterano demócrata de 72 años Jerry Brown y la magnate Meg Whitman, cuya fortuna supera los 1,300 millones de dólares gracias a su exitosa gestión en la empresa eBay de comercio electrónico.
Meg Whitman, de 53 años, tuvo que vencer en las elecciones primarias a varios tiradores republicanos, entre ellos a otro ricachón de nombre Steve Poizner, quien dedicó su campaña a atacar a los indocumentados pero perdió por una buena cantidad de votos.
En cambio, Brown ganó la candidatura demócrata sin despeinarse gracias a su prestigio como político y a que nadie más de su partido buscó la candidatura. Brown fue gobernador de California durante dos periodos de 1975 a 1983 y recientemente fue procurador estatal de Justicia.
A pesar de su edad goza de buena salud y presume que para mantenerse en forma corre diariamente por lo menos tres millas.
Las encuestas le favorecieron a lo largo del año, pero la señora Whitman ha logrado cerrar la brecha e incluso encabezar algunos índices de popularidad debido a las costosas campañas publicitarias que realizó en las elecciones primarias y a una reciente embestida en contra de Brown a través de los medios.
La aspirante republicana ha gastado 90 millones de dólares de su bolsa en esta contienda y se calcula que doblará esta cantidad de aquí al primer martes de noviembre, lo que indica cuan decidida está por llegar a la oficina principal del Capitolio, en la capital Sacramento.
Lo cierto es que su experiencia política es prácticamente nula y basa su imagen en el éxito comercial que logró con eBay, una de las primeras empresas de Internet en dar la vuelta al mundo.
No es la primera vez que empresarios millonarios intentan conquistar California. La historia reciente no les favorece salvo el caso de Schwarzenegger, quien llegó de la nada a la gubernatura apoyado en su popularidad como actor de Hollywood.
Whitman afirma que en caso de ganar Brown caería en el típico esquema demócrata de aumentar impuestos, recortar empleos y arruinar al Estado.
"Nunca ha administrado un negocio y no podrá con el paquete", acusa una y otra vez la candidata republicana.
Pero Brown responde que administró California por ocho años y que además ha dirigido instituciones que son más que empresas como escuelas y departamentos estatales.
"Para gobernar California se requiere mucho más que saber manejar un negocio de Internet, dice Brown. Se requiere conciliar intereses, definir presupuestos, planear obras y negociar con grupos políticos y sindicales".
Whitman tiene a su favor el desprestigio que guardan hoy en día los políticos en el mundo entero, pero en contra está la pésima gestión realizada por Schwarzenegger, quien llevó a California a una virtual bancarrota con un sector inmobiliario en crisis, desempleo galopante y un sector educativo deshecho por los recortes presupuestales.
El nivel de popularidad del actor metido a político cayó a niveles inferiores a los que tuvo Gary Davis, quien fue sacado a puntapiés de la gubernatura por el propio Schwarzenegger a través del recurso de la revocación en octubre del 2003.
Aunque faltan más de tres meses para la votación, el ambiente político se ha calentado y se espera que día tras día las campañas se vuelvan más ríspidas y agitadas.
Hay infinidad de intereses en juego y por lo mismo muchos millones de dólares más serán invertidos o derrochados en esta singular contienda entre millonarios y políticos.
Al margen. - No podía ser de otra manera, la jueza Susan R. Bolton tomó la decisión correcta al extraer los "dientes" a la aberrante Ley SB 1070. Pero no todo está escrito porque los grupos racistas buscarán sacar sus garras y quién sabe qué otros recursos para reprimir a los inmigrantes.
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