Esfuerzo. Don David Martínez es empacador en un centro comercial por las mañanas y también es velador por las noches.
"Nunca se deja de ser padre", es una frase popular que describe a don David, a sus 68 años tiene dos trabajos para mantenerse a él, a su nieto e hija, cuya pareja no se hizo responsable, además de pagar los estudios a otro de sus nietos.
David Martínez tiene 68 años de edad, trabaja como empacador en una tienda departamental por la mañana, por la noche, es velador.
Su vitalidad y optimismo se refleja en cada sonrisa que regala a los clientes, mientras, a las damas les ayuda con sus bolsas.
"Hay que trabajar, si no lo hago, me moriría, yo me siento muy bien, feliz, y aparte hay que juntar más dinero para que alcance".
Don David vive con una de sus hijas y su pequeño nieto, él solventa los gastos de los tres.
Aparte, paga los estudios de otro de sus nietos, "está estudiando la prepa abierta, quiero que termine", enfatizó.
David describe su vida como "satisfecha", aun con las adversidades, le dá la mejor cara a la vida diaria, nada lo hace sentir tan vivo como trabajar.
Sus ingresos, al igual que los de los casi 270 empacadores que hay en el estado, 200 en Durango y 70 en Gómez Palacio, oscilan entre los 70 y los 120 pesos por jornada laboral.
COMÚN
Flor María Díaz, delegada federal del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), aseveró que en Durango son muchos los adultos mayores que sostienen sus hogares, "viven con las hijas y nietos, se separaron de sus parejas", explicó.
Después de los 60 años, gran parte sin una pensión o trabajo bien remunerado, llevan alimento y estudio a sus casas.