Y hablando en plata pura, como dicen por ahí, no sólo Rubén Omar Romano tiene la culpa de cómo está comportándose Santos Laguna en la Interliga, sino también un buen número de sus jugadores, los que salen a la cancha sin espíritu guerrero.
Esto ya lo veíamos desde fines de la campaña anterior, cuando todavía Sergio Bueno era el técnico. Hay gente que cobra mucho más de lo que usted piensa y sin embargo siguen viviendo del nombre y de lo que hicieron hace ya mucho tiempo.
Tiempo ideal para que la directiva, serena, juiciosa, con todos los pelos de la burra en la mano analice lo que ocurre y tome las decisiones adecuadas, pues ahora más que nunca hay un gran compromiso, con los dueños del balón y con su gran afición.
Si hubiera algún punto a favor, por ése se irían los que toman decisiones, pero lo cierto es que dicho punto no se ve por ningún lado. Empiezan todos más o menos bien, pero les anotan el primer gol y ahí se acabó todo el entusiasmo.
En la zona defensiva hay tanto desorden que cualquier equipo con ganas de anotar goles se puede dar un festín. La línea media más o menos funciona cuando se pone a sus hombres en su posición ideal, pero la delantera está desde hace tiempo para llorar.
La verdad que uno quisiera hacerse sordo, mudo y ciego pero no se puede y hay que decir a tiempo lo que está ocurriendo, lo que estamos viendo y no inventando. El pozo que sigue creciendo, hay que taparlo a tiempo, antes de que el equipo se ahogue.
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