Rodrigo Ruiz fue el motor de los Estudiantes de la UAG y la pesadilla para la defensa albiverde. Al final fue despedido con el grito de 'Pony, Pony'. De la angustia al júbilo en las tribunas que no olvidan al Pony
Una tarde agradable para disfrutar de un juego de futbol, pero ahora la afición no llegó a las tribunas del Nuevo Estadio Corona, que lució con varios huecos.
Sin embargo en la cancha antes del silbatazo inicial, la figura que todos seguían era la de Rodrigo "Pony" Ruiz, el gran Guerrero que ha dejado una huella imborrable entre los aficionados albiverdes.
Saludos, abrazos, besos y bromas entre los jugadores de ambos equipos previos a que rodara el balón. Ya con el arranque, aquello quedó atrás.
Y parecía que iban a ser goles que harían los jugadores a sus ex equipos. Ludueña que llegó a Tecos, vencía la meta que defiende el lagunero Mario Rodríguez y caía el gol que levantaba las ilusiones.
Pero el ex santista "Pony" Ruiz movió a su equipo y el gol del empate lo consiguió Elgabry Rangel, también que vistió la camiseta de los Guerreros.
La porra de Estudiantes empezó a celebrar la gran actuación de su equipo, que dominó a Santos a placer y que consiguió el segundo tanto luego de un gran acción de Rangel y que anidó Mauro Cejas.
Santos no se veía conjuntado, mientras que la afición prefirió aprovechar las cámaras de las megapantallas. Algunos eran sorprendidos, enviaban besos y saludos, otros de las barras posaron y otros más sólo trataban de esconderse. Ya para la segunda mitad todo estaba listo para que los Guerreros volvieran a buscar una remontada como en los últimos juegos en el TSM, aunque estaba en el aire la triste tarde ante Atlas.
Pero "Pony" Ruiz, como todo un profesional, envió un gran centro que remató el "patrón" Juan Carlos Leaños. Caía la tarde y parecía que las sonrisas se irían de los rostros laguneros.
Pero Santos volvió a meterse en el juego, Miguel Herrera echó atrás a su equipo y de nueva cuenta le sacan la victoria. Con un penal cobrado por Juan Pablo Rodríguez y el primer tanto de Carlos Adrián Morales, ambos ex UAG, le devolvieron la esperanza a los aficionados.
Faltaba poco tiempo y de nueva cuenta Ludueña se iba a convertir en héroe, pero un pelo de Oribe, desvió el balón, para que el grito de gol se ahogara. Salió de cambio Rodrigo Ruiz, para que todo el estadio le gritará "Pony, Pony", en un momento que emocionó al jugador que ya es de La Laguna. Al final el empate fue justo, pero por un pelito y se consigue el triunfo.