La más impórtate.
La que tiene el mejor de los escenarios.
Y el mejor reparto, en el que estamos incluidos usted y nosotros.
En ella, el Señor, que según nuestras creencias nos ha dado la vida, deja a nuestro propio albedrío, a nuestro criterio, a nuestra decisión, el papel que queremos asumir.
Así que seremos nosotros los que tendremos la gran oportunidad de escoger lo que habremos de representar, en esta obra tan importante que es nuestra propia vida.
Podemos ser los villanos, los buenos o los malos, los tímidos y medrosos, o los audaces o los arrojados, las víctimas o los abusones y los triunfadores. Hay de todo en el reparto, así que cada quien decide lo que mostrará en la gran escena.
Hay unos que requieren de mucho esfuerzo, talento, capacidad, y dedicación, otros son facilotes, para cualquiera.
Desmenusemos algunos papeles: Los villanos son reconocidos de inmediato, en el hogar son altaneros, groceros, majaderos, abusones.
Los buenos son nobles, generosos, amigables, cariñosos, amables, espléndidos.
Los tímidos están como viviendo abajo de la cama, asomándose de vez en cuando a ver qué pasa y regresan pronto a su hábitat.
Los audaces andan por todas partes con aire triunfador, no los arredra nada y logran muchos triunfos, porque a su arrojo agregan su inteligencia.
Son muy parecidos a los arrojados, aunque éstos carecen de la inteligencia de los anteriores.
Las víctimas están por todas partes, de todo se quejan, se sienten agredidos por todo mundo, no tienen estabilidad social, se consideran ultrajados sin compasión, viven del pasado teniendo como personajes principales a quienes les dañaron, en lugar de borrarlos de su mente, dándoles con ello una importancia que nunca tuvieron.
Los abusones se valen de los tímidos, los que dijimos están siempre como abajo de la cama, asustados y temerosos.
Los triunfadores son pocos, porque para ser considerados en esta categoría han pasado por muchas pruebas entre sus semejantes y en todas han salido avantes, subiendo peldaños cada vez más altos y dejando muy atrás todo aquello que intentó hacerle daño.
Aún es tiempo de que cambie su papel, borre el pasado y métase hoy mismo en un presente diferente con muchas mañanas maravillosas.
