Su nombre es Miguel Ángel, como su padre, como su abuelo.
Pero casi desde que nació, y antes de llevarlo a la pila bautizmal, su padre, con sus ocurrencias le llamó Cachito, Cachibu, Cachis, etc., etc.
Así se le quedó entre la familia, donde por cariño todos lo llamamos nuestro Cachito.
Tiene apenas seis años, pero su talento, su inteligencia y su modo tan especial de comportarse con tanta educación ante todos, lo hace parecer como mayor.
Es de nuestros nietos el más inquieto, el más amoroso, el más sensible.
Y a él a diferencia de muchos niños, el deporte casi ni le llama la atención, prefiere el dibujo y la música.
En su casa, sus exposiciones de dibujo están siempre por todas partes, especialmente en el área cercana a su habitación.
Su imaginación lo lleva a diseñar sus propias naves espaciales y sus propios vehículos.
Le gusta hacer sus propios experimentos. Por ejemplo, el otro día, a la Nena, la señora que ayuda en los quehaceres de la casa le dijo: Cuando vayas a la tienda me compras varios globos. ¿Para qué los quieres? Le preguntó curiosa ella. El niño sólo le contestó; tú tráemelos que los necesito.
Grande fue la sorpresa de todos cuando vieron al pequeño elaborar su propio aparato aerostático.
Le gusta que lo llevemos a desayunar y come de todo. Le encantan los tomates crudos, los pepinos, y los plátanos. Por ello su salud es buena y a veces nos da la impresión de que será un gran atleta.
Cuando vamos de compras, sus juguetes los escoge muy bien. Lee con cuidado las instrucciones y luego él mismo quiere armarlos.
Cada vez que nos visita nos pide que lo llevemos a la iglesia cercana. Se persigna con la mano izquierda, y aunque es ambidiestro, algunas cosas, como la cuchara y los objetos que agarra le gusta hacerlo como los zurdos.
En la iglesia se vuelve muy preguntón, y se enoja viendo siempre al Señor crucificado y lleno de heridas. ¿Por qué son tan malos con él si dices que fue muy bueno abuelito? Nos dice molesto.
Hay cosas que no son fáciles de contestarle.
¿Y usted qué va a hacer cuando crezca? También le preguntamos. Se queda pensando, no encuentra la respuesta y nos dice: Muchas cosas, como tú, como mi papá.
Adora a su padre, lo considera su héroe y su mejor compañero.