JOHANNESBURGO.- LOS VIAJES
Nos han encantado desde siempre.
Desde que muy niños salíamos de nuestro pueblo, caminando acompañados de mamá y de nuestra hermana mayor hacia Juan Aldama, donde teníamos amistades que empezaban con la Güera Natalia, que fabricaba cazuelas, ollas, vasos y muchas cosas de barro.
De ahí nos íbamos con los Adame, y fue Carlos, mi amigo de siempre, el que me invitó a quedarme en su casa para una fiestas del lugar. Fue nuestra primera experiencia de dormir fuera de casa, y nos trataron tan bien que nos encantó.
Anoche recordaba lo anterior mientras en un restaurante de la Plaza Mandela, acompañados de Ramoncito Sotomayor veíamos el gran movimiento de personas venidas de todo el mundo a este Mundial de Futbol, uno de los más lejanos para nosotros los mexicanos, pero acá andamos.
Ayer, un paisano de la Comarca Lagunera nos dijo: Vendí mi casa y mi carro pero acá andamos toda la familia, y la hemos gozado a todo dar.
Han pasado muchos días y en cada amanecer tenemos nuevas motivaciones para andar aquí y allá, conociendo cosas interesantes que le pueda gustar conocer a usted, con quien hemos estado ya tanto tiempo platicándole de nuestras experiencias, sentimientos y quereres.
Hablando de quereres, casi todas las noches, antes de dormirnos, gracias a la magia de la computadora, platicamos y vemos a nuestros nietos, y nos echamos mutuas flores para estar renovados al día siguiente, ellos con sus estudios y nosotros con nuestra voladés de andar por estas hermosas tierras.
Y uno habla de las cosas conforme le va en ellas, y acá todo mundo nos ha tratado de maravilla, claro que hemos puesto nuestra parte para que así sea.
Usted que semana a semana nos lee, haga sus ahorritos y cuando puede dese una vueltecita por ahí, porque no tiene idea lo maravilloso que es conocer lugares y gentes, y de pilón que lo extrañen un poquito sus seres queridos.
Al fin y al cabo nos vamos cuando menos lo pensamos y no nos llevamos nada, pero lo paseado quién nos lo quitará.
