¿Qué encontramos en tan lejanas tierras?
Es increíble decirlo, pero como fue casi un mes de estar ahí, que tuvimos mucho tiempo para pensar muchas cosas que dejábamos atrás y con las cuales nos tendríamos que reencontrar.
Así, que con gran sinceridad decimos que lo primero que encontramos fue a nosotros mismos.
¿Cómo está esto? Preguntará más de uno de nuestros lectores.
Y la respuesta es sencilla. Estando tan lejos, a muchísimos kilómetros de donde hemos vivido por tanto tiempo, se empiezan a extrañar muchas cosas. Primero, los seres queridos, después la casa, con nuestras cosas, que van desde la comida hasta la almohada donde dormimos.
Luego viene el análisis de lo que hacemos y lo que anhelamos, así como el reconocimiento de las cosas que no eran para nosotros.
Uno tiene que aceptar, a la distancia, que todo lo que anhelamos o queríamos, no era para nosotros, como la riqueza, la buena vida, el trato y el aprecio de tales o cuales personas, etc., etc. Así que poco a poco se va entrando en la realidad, la que nos toca.
Luego van apareciendo poco a poco a nuestro lado personajes de diferente esfera, que presumen, que alardean lo que tienen y han logrado, y los que tienen limitaciones para todo, hasta para salir de su habitación, porque no tiene para pagar lo que podrían antojárseles.
Y así van pasando los días, mientras que uno va entendiendo mejor su existencia, la que ha conformado con su capacidad o sus limitaciones.
En Sudáfrica, nos encontramos a nosotros mismos. Nos dimos cuenta con el paso de los días de cuál era nuestro lugar en un mundo tan completo y tan especial.
Una noche, cuando todos dormían, salimos a recorrer los largos pasillos del hotel de Sun City y nos sentimos cerca de los seres que realmente nos quieren, esperan y tienen fe en nosotros.
Hacía mucho frío por los pasillos, pero nos sentíamos felices de comprender nuestra posición en un mundo complejo, y que es difícil sólo para los que no quieren entender el lugar que les ha tocado.
Si usted pone por fin los pies en la tierra y entiende cuál es su lugar en esta vida, no sufrirá, pero si quiere tener una posición que no es la suya, entre gente diferente, ahí sí que sufrirá.
Ubíquese en su sitio, que es el más hermoso que El Señor encontró para usted.
