Personalmente no lo conocimos, pero durante nuestra larga estancia en Sudáfrica, no hubo día en el que no escucháramos, de parte de sus compatriotas, frases de elogio, admiración y respeto para este hombre que ganó el Premio Nobel de la Paz y está considerado uno de los hombres importantes de este tiempo.
Sudáfrica nos dejó una profunda huella en nuestra vida.
Escribimos ya que nos impactó tanto que nunca olvidaremos los mensajes que ahí recibimos para poder llevar a mejor término nuestro vivir.
Y muchas de las lecciones están inspiradas en acciones, hechos, y palabras del mismo Mandela.
Él, a su vez, había recibido el mensaje lleno de amor y amistad de un hombre que pasó por ahí, y dejó honda huella. De él, Nelson Mandela tomó los principios del pacifismo, y el respeto al prójimo.
Este personaje que por motivos de trabajo llegó un día a Sudáfrica, encontró también ahí la amplitud de su ruta hacia la inmortalidad. Se llamó Mahatma Gandhi.
Como abogado, Gandhi había sido contratado para cuestiones legales, y como profesionista llegó a Sudáfrica. Pero se encontraría con una realidad que le hizo reafirmar sus hondas raíces humanas. Se habla de que algunas veces, por el color de su piel fue sacado de vagones de trenes en los que viajaba en primera clase para mandarlo a los de tercera, y que algunas veces no se le permitió la entrada a lugares reservados para los blancos.
Incluso fue golpeado y encarcelado, pero nunca se quejó ni presentó denuncias, pues su lema era el pacifismo sobre la violencia.
De él, Nelson Mandela sacó muchas enseñanzas, cuando lo pusieron en libertad, después de 28 años, Mandela buscó la reconciliación entre sus mismos carceleros y perdonó a quienes lo habían ofendido y encarcelado.
Muchas veces tuvo que intervenir para ir imponiendo la paz en una nación llena de agravios.
A nosotros nos tocó este julio conocer apenas el despartar de una nación que sueña y aspira a ser libre y soberana en su propio territorio, donde sus habitantes de color, son la gran mayoría, pero requieren de escuelas, y fuentes de trabajo.
Mucho por hacer, pero Nelson Mandela ha puesto las bases firmes para ir avanzando hacia mejores horizontes.
El camino, el mismo lo ha dicho en un libro, ha sido largo y aún no está terminado.
