De la vida misma
La verdadera.
La no fingida.
¿Cuál es?
Una de nuestras tres lectoras nos pide escribamos sobre tan interesante tema.
Y nos pone a pensar, como si regresáramos a las aulas, ahí donde los maestros analizaban con detenimiento y todo el tiempo del mundo las respuestas que les daban sus alumnos.
¿Cuál es la verdadera amistad?
Estos tiempos, tan especiales para todos, hacen madurar, porque todos, de una forma u otra hemos sentido la realidad que vivimos.
Y ahí es donde aparecen los verdaderos amigos.
Y con tristeza, nos damos cuenta, con sentimiento y dolor, que no hubo tal sinceridad en el trato que muchos prodigaron en los tiempos buenos, y conste que esto no lo decimos nosotros, sino personas que nos han hablado de lo que pasó cuando cambiaron los vientos.
Muy pocos han sentido el real apoyo de sus amigos, los verdaderos, no los de ocasión.
Y es que éstos son tiempos de prueba, de ver con quién se cuenta o no.
Algo habrá en algunas personas que pueden ayudar a seguir adelante, no todo debe estar perdido.
Lo único cierto es que es tiempo de madurar, de entender que hay que crecer y ser el apoyo y respaldo de nuestros seres queridos, que tanto esperan de nosotros.
Hay que dejar de ser infantes para pasar a la edad adulta, con sus obligaciones y responsabilidades, porque sólo a nosotros nos interesa y preocupa lo referente a nuestro entorno, donde están nuestros seres queridos, a los demás no, y no debe eso molestarnos.
Este es un tiempo muy especial, donde aparecen los verdaderos amigos, y los demás, que no lo eran se esfuman, pero nada por qué preocuparse porque la realidad aparece tarde o temprano.
Así que hay que seguir adelante, les decimos a nuestras tres lectoras, la vida sigue avanzando, a pesar de los pesares y al final, cada quien queda en su lugar, el que ganó en esta vida.
