Nos hemos pasado aproximadamente 200 años quejándonos de los abusos de las autoridades y de la corrupción de éstas y a todos los niveles de gobierno.
NO HAY REUNIÓN O tertulia en donde no salga el tema de la corrupción en que incurren de manera inveterada las autoridades. Hay estudiosos que han tratado de evaluar el monto de las mordidas que en un año los ciudadanos mexicanos entregan a los que nos gobiernan desde el funcionario medio, oficinistas, jefecillos hasta los más altos niveles del poder en donde se cocinan los asuntos verdaderamente grandes por lo que a dinero se refiere.
EN ESTAS TERTULIAS Todos quieren manifestar su sabia opinión y para erradicar esta descalificada conducta ofrecen al enfermo el remedio y el trapito. Unos claman por mejores leyes y más estrictas que permitan mandar a Puente Grande a todos los funcionarios mordelones y corruptos y sin derecho a fianza. Otros hablan por el contrario, que entre menos leyes y reglamentaciones haya la mordida tendría que llegar a desaparecer quitándole a los funcionarios públicos las facultades discrecionales que es precisamente en donde se origina, como si se tratara de un caldo de cultivo, la corrupción. Estos ciudadanos opinan que sería muy conveniente desreglamentar.
OTROS ASEGURAN Que colgando de los postes de la vía pública a los corruptos e inmorales, se terminaría de una vez por todas y para siempre, con esa vieja y nefasta costumbre del llamado "unto" tan famoso en los tiempos de la Colonia y el Virreinato.
PERO POCOS MEXICANOS Hablamos o recordamos que para que haya un corrupto deberá haber un corruptor. Este binomio es imposible desasociar. Esto viene al tema con motivo de la encuesta que levantó el organismo Trasparencia Internacional (TI) que dio cuenta para 2010, que uno de cada tres mexicanos admitió pagar un soborno a alguna autoridad según el estudio Barómetro Global de la Corrupción elaborado por ese organismo internacional.
ESTE ESTUDIO Se hizo en 86 países y México apareció con un promedio del 31 por ciento, que es por encima del promedio mundial de personas que en algún momento pagaron un soborno. Esto quiere decir que si existe corrupción en este país, es porque existen corruptores.
PARA CAMBIAR A este país y a su sociedad no son necesarias muchas leyes. Lo que se necesita es que todos y cada uno de nosotros cambiemos nuestra actitud, forma de ser y actuar. Si no cambiamos nosotros mismos jamás podrá este país salir adelante, pues después de todo México no es nada mas que la suma de todos nosotros.
LA CORRUPCIÓN Se podría acabar o disminuir de manera significativa si todos ponemos el ejemplo para no fomentarla y enseñar a nuestros hijos sobre este tema, pero lo más importante, dar nosotros el ejemplo. Entonces no nos estemos quejando.
"La corrupción somos todos". José López Portillo ex presidente de México.
