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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

El reverendo Rocko Fages, pastor de la Iglesia de la Tercera Venida (no confundir con la Iglesia de la Tercera Avenida, que permite desear a la mujer del prójimo a condición de ya no desear la propia), leyó el cuento que viene al final de esta columnejilla y lo calificó de "impúdico, indecente, indecoroso, depravado, escandaloso e inmoral". ¡Y este Rocko Fages es el mismo que declaró a la revista "Atalaya": "Dejé de usar el Internet porque hay en la red tanta pornografía que ya casi no salía de mi casa"! Lean mis cuatro lectores ese cuento, y opinen sobre la opinión del reverendo... Babalucas era agente de tránsito. Detuvo a una señora que iba en su automóvil y le dijo: "Se pasó usted el semáforo en rojo". "Perdóneme, oficial -se justifica la señora-. Es que soy daltónica". Replica Babalucas con severidad: "¿Y acaso no hay semáforos en Daltonia?"... Aquel señor tenía problemas para mostrarle amor a su mujer. Fue a la consulta de un médico especializado en casos de incertidumbre eréctil, y el facultativo, después de examinarlo, le informó: "Su problema, señor, es funcional. Puedo practicarle una intervención quirúrgica que lo pondrá de nuevo en aptitud de complacer a su esposa como en los viejos tiempos. La operación le costará 30 mil pesos". Responde el señor: "Déjeme consultar el caso con mi mujer. Regresaré después". Pasaron unos días, y el médico llamó por teléfono al paciente. Le pregunta: "¿Qué pensó su señora acerca de la operación?". Responde él: "Le dije lo que cuesta, y ella decidió mejor remodelar la sala"... Doña Macalota salió del baño, se miró en el espejo de cuerpo entero que tenía en la recámara y le dijo con tono desolado a su marido: "Me veo fea, gorda y vieja. Necesito oír de ti algún cumplido que me anime un poco". Le dice el incivil sujeto: "Tienes un excelente sentido de la realidad"... Cosas muy diferentes, creo yo, son un discurso y un mensaje. El propósito de quien dice un discurso es no decir nada. Un mensaje, en cambio, tiene como objetivo decir algo. Las palabras que el Presidente Calderón dirigió a los mexicanos con motivo del principio de año fueron más un discurso que un mensaje. Habló de temple, de coraje, de creatividad y de energía, y usó frases igualmente sonorosas: "... Si queremos escribir nuevas páginas de gloria...". Pidió a los mexicanos lo de siempre: trabajo y unidad. No esbozó el Presidente, sin embargo, ninguna medida práctica, concreta, para lograr los fines de combatir la pobreza, aminorar el desempleo y luchar contra la inseguridad. Algo más que palabras necesita el País en estos dificultosos tiempos: necesita planeación, firmeza en el mando, capacidad de concertar. Las palabras se las lleva el viento... ¡Oh! ¡El viento se acaba de llevar todas las palabras que antes escribí!... Murió don Crésido, señor adinerado, y sus parientes se reunieron para escuchar la lectura de su testamento. Leyó el notario las palabras del desaparecido: "Estando en plena posesión de mis facultades... me gasté todo el dinero"... Sigue ahora el chascarrillo que anuncié al principio, calificado con duros adjetivos por el reverendo Rocko Fages. Las personas que no gusten de leer chascarrillos calificados con duros adjetivos deben suspender aquí mismo la lectura... Un señor de edad más que madura, y una dama igualmente otoñal, soñaban con unir sus vidas, pero obstáculos diversos empecían su matrimonio. Suspira ella: "¡Oh, Cascancio! ¿Qué podemos hacer para amarnos a pesar de lo que nos separa?". Sugiere él con timidez: "Puedo tomar Viagra"... (Señor don Cascancio: su amada dijo claramente: "Lo que nos separa". Me temo que incurrió usted en confusión)... FIN.

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