En la cantina llamada "Los Placeres de Calvino" le dice Afrodisio Pitongo a una linda chica: "Hermosas piernas. ¿A qué horas abren?"... Le comenta un tipo a otro: "Estoy muy preocupado, compadrito. Mi esposa adquirió un virus que produce sordera, y ese virus se transmite por contacto sexual". Le pide el otro: "Hábleme fuerte, compadre, por favor. No le oigo bien"... Decía un inglés: "No sé por qué los Estados Unidos presumen de ser un país fuerte. Sus hombres se ponen 15 kilos de equipo protector sólo para jugar un juego que se parece al rugby". Deporte muy extraño, ciertamente, es el futbol americano: cada equipo tiene 20 ó 30 hermosísimas porristas, pero cuando uno de los equipos hace un touch down los jugadores se abrazan y se agarran las pompas entre ellos. El futbol americano es el más americano de todos los deportes. Muchas universidades estadounidenses son un estadio de futbol alrededor del cual hay algunas escuelas. El salario anual del coach del equipo siempre es mayor que el del rector o presidente. Eso sí, los jugadores están sujetos a estrictas exigencias académicas: sólo se les da un número si al verlo pueden decir cuál es. Un line backer de cierto equipo universitario tenía problemas para aprobar su examen de Trigonometría y Cálculo Infinitesimal. El encargado del departamento de deportes le pidió al profesor que le aplicara al muchacho una prueba sencilla, pues su presencia en el equipo era absolutamente indispensable. El maestro le dijo al jugador: "Tu examen constará de una sola pregunta. Si la respondes bien aprobarás. Dime: ¿cuántas son 5 por 5?". "25" -respondió el muchacho después de pensar largamente. "¡Por favor, maestro! -gimió el coach, suplicante-. ¡Dele otra oportunidad! ¡El chico está nervioso!". A mí me gusta mucho el futbol americano. Me aficioné a él desde mi paso por la Universidad de Indiana. El año en que estuve en su Escuela de Periodismo el equipo de los Hoosiers llegó al Rose Bowl. Ahí fuimos vencidos por un solo jugador, un tipo llamado O. J. Simpson. Veré mañana el Super Bowl, naturalmente. Haré de cuenta que estoy aún en Bloomington, e iré con Indianápolis. Ya hice una apuesta con mi nieto Rafa, que es excelente jugador, y que le va a los Santos. Por un momento me olvidaré de la política, para corresponder al hecho de que los políticos jamás se acuerdan de nosotros... He aquí el chisme hollywoodense de hoy, previo a la entrega de los Óscares. Siempre se dijo que Agnes Moorhead, magnífica actriz de cine y teatro, sostenía una relación más que amistosa con su protegida, la linda Debbie Reynolds. Moorhead falleció víctima del cáncer, igual que John Wayne, Susan Hayward y Lee van Cleef, todos participantes en la película "The Conqueror" (1956), que se filmó en Nevada, en un sitio cercano a un campo donde se habían realizado pruebas atómicas... Don Crésido Plúteo, hombre riquísimo, fue invitado a asistir a dos audiencias con el Kaharashi Makarishi, sapientísimo gurú. A fin de hacer honor a la ocasión, don Crésido acudió vestido de frac. Quedó al lado de un individuo astroso, sucio, y que olía a cosas innombrables. Cuando apareció el Kaharashi vio al mendigo, fue directamente hacia él y se inclinó a su oído. A don Crésido le impresionó aquella preferencia del santo varón por los pobres. Al salir le compró al indigente, en mil dólares, su ropa sucia, apestosa y desgarrada, y se la puso para asistir a la segunda audiencia. Salió el gurú, lo vio, y en efecto, fue derecho hacia él. Se inclinó a su oído y le murmuró: "¿No te dije ayer, cabrísimo grandón, que fueras a tiznar a tu madre?"... FIN.
