En la cama le dice la señora a su marido: "¡Qué rara coincidencia, Amnisio: a ti se te olvidó mi cumpleaños, y ahora resulta que a mí se me olvidó cómo descruzar las piernas"... La gallinita puso un huevo. En eso se le acercó el gallo con intención erótica, concupiscente, lasciva, lúbrica y sensual, dicho sea por orden alfabético. Indicándole el huevo que había puesto le pide la gallinita en voz baja: "Aquí no, Pisandro. Nos puede ver el niño''... Nalgarina Grandchichier, vedette de moda, le dice al maduro y salaz ejecutivo: "Si supiera usted, don Algón, cómo me pone romántica la lana. Digo, la luna''... Comentó Babalucas: "Soy firme partidario de la pena capital. Claro, a condición de que no sea demasiado severa''... La noche de bodas aquella novia estaba tan cansada que se durmió en un segundo. Y por poco se dormía en el primero... La señorita Celiberia Sinvarón fue a una fiesta. Un hombre de aspecto sombrío la invitó a bailar. "No creo haberlo visto antes" -inicia la conversación la señorita Celiberia con un mohín de coquetería. "Es que estaba en la cárcel -explica el hosco individuo-. Pasé ahí 15 años de mi vida". Inquiere con temor la señorita Celiberia: "¿Por qué estuvo en prisión?". Responde el tipo: "Asesiné a mi esposa. Le di 84 puñaladas; luego la corté en pedazos con un hacha, y enterré los pedazos en el bosque". Exclama la señorita Celiberia dándole un golpecito con el codo: "¡Ah, conque solterito, eh!"... El galancete se defendía de la acusación que le hacía el papá de su novia. "¿Que si llevé a su hija a un cuarto de hotel? ¡Desde luego que no, señor! ¡Se lo juro por la Biblia que estaba en el cajón del buró!"... Contaba un señor: "Cuando salimos a cenar mi esposa se pone una faja muy apretada, apretadísima. La otra noche al final de la cena su estatura había aumentado 17 centímetros"... Tendida sobre su espalda, en la playa, la muchacha le dice a su pareja: "¡Cuántas estrellas! ¡Qué cielo tan hermoso!". Contesta el galán acezando con agitación: "No estoy en posición de opinar"... He aquí el chisme hollywoodense de hoy. Cada día estoy poniendo uno, con la modesta pretensión de dar de esa manera mayor lucimiento a la ceremonia de entrega de los Óscares... La bellísima Carole Lombard murió en un accidente de aviación. Pudo haber viajado en tren, pero tenía prisa por llegar al lado de Clark Gable, su esposo, a causa de un rumor según el cual el actor había iniciado un romance con Lana Turner. Detalle adicional para mercadotecnistas: en la película "Sucedió una noche" Clark Gable se quitó la camisa, y se vio que no traía camiseta. En los siguientes meses la venta de camisetas se desplomó en Estados Unidos... Don Cornulio llegó a su casa y encontró a su mujer en la alcoba con el baterista del popular conjunto "Las Frivolidades de Calvino". Le explica la señora: "El doctor me recomendó que usara el ritmo"... Aquel sujeto compró un caballo de carreras. Lo llevó al hipódromo y contrató a un jockey para que lo corriera. El jamelgo llegó en último lugar. Indignado, el tipo le reclama al jockey: "¡Pudiste haber llegado antes!". "Ya lo sé -responde el jinete-. Pero es contra las reglas bajarse del caballo y caminar"... Don Hamponio le preguntó a su segundo si había enviado al otro mundo a su enemigo. "No necesité hacerlo, jefe -responde el esbirro-. Lo metí en una maleta y lo documenté en el aeropuerto. Estoy seguro de que nunca lo volveremos a ver"... Al terminar el inicial trance de amor en la noche nupcial la recién casada suspira y le dice a su flamante maridito: "Espero, Bisonio, que tengas alguna otra destreza"... Don Flátulo, señor de edad madura y flojo ya de esfínteres, dejó escapar un cuesco en cierta elegante reunión. El hombre que estaba al lado se molestó por aquella ventosidad o flatulencia. "¡Oiga usted! -le reclama con enojo-. ¡No haga eso delante de mi esposa!". "Le ofrezco una disculpa, caballero -responde don Flátulo, cortés-. No sabía que el turno le correspondía a la señora"... FIN.
