Una señora les cuenta a sus amigas: "He decidido divorciarme de Languidio". "¿Por qué" -preguntan ellas. Responde la señora: "Por la mañana él se arregla y yo le sirvo. Por la noche yo me arreglo, y él no me sirve"... Afrodisio recibió un correo amenazante: "Señor mío: he sabido que tiene usted relaciones ilícitas con mi mujer. Lo espero mañana a las 11 horas en el Hotel Ucho para hablar sobre el asunto". Firmaba el remitente, y daba su e-mail. Respondió Afrodisio al punto: "Estimado señor. Acabo de recibir su atenta circular. Con mucho gusto asistiré a la convención"... La linda princesa maya Ki Ichpam y el apuesto príncipe Xib Tel se encontraron atrás de la pirámide. Al terminar su encuentro Ki Ichpam va con el sacerdote encargado del despacho. "Perdone usted -le dice-. ¿Aquí es donde designan a las doncellas vírgenes que arrojarán al cenote?". "Aquí es, en efecto -responde el sacerdote-. Los encargados del abuso de infantes están en la próxima pirámide". "Muy bien -dice entonces Ki Ichpam con una gran sonrisa-. Bórreme de la lista"... Libidiano Pitongo, galán diestro en toda suerte de salacidades, invitó a Dulcilí, muchacha ingenua, a jugar al vivo y al muerto. "¿Cómo es eso?" -preguntó ella, recelosa. Le explica Libidiano: "Tú te acuestas y te haces la muerta. Entonces yo me subo sobre ti y le hago al vivo"... Diré, a fin de que me entiendan mis lectores en el extranjero, que los mexicanos usamos la palabra "grillo" para designar a un politicastro. Si decimos que fulano de tal es muy grillo, queremos significar que es un astuto y solapado maniobrero del cual hay que cuidarse. La grilla es politiquería de la más baja estofa, y grillar a alguien equivale a intrigar contra él para dañarlo. En México abundan los grillos, desgraciadamente. Por todas partes andan, y forman ya una clase que pesa gravemente sobre la vida nacional, y que no aporta beneficio alguno a la República. Cada partido es un grillete que estorba el desarrollo del País, pues los políticos de los diversos signos lo han inmovilizado con sus desacuerdos parlamentarios, con su falta de interés por el bien y el progreso de lo que nosotros recordamos todavía y ellos han olvidado ya: la patria. Olla de grillos es la política en México; infecundo trajín de trujimanes del que nada bueno sale. (Un momentito, por favor. Voy a anotar eso del "infecundo trajín de trujimanes", por si lo puedo usar después en un discurso). Mucho ganaría México si pusiéramos a los malos políticos en un enorme trasatlántico y los mandáramos a navegar por un piélago infinito. (También voy a anotar eso del piélago infinito)... El pequeño hijo del granjero le dice a su papá: "Llegó un hombre a la casa, pero no alcanzo a ver quién es". "Ve allá inmediatamente -le ordena el padre-. Si es tu abuelo dile que en seguida estaré con él. Si es tu tío dile que venga acá a ayudarme. Y si es cualquier otro hombre abrázate a las piernas de tu madre y no la sueltes hasta que llegue yo"... Simpliciano, joven candoroso, casó con Pirulina, muchacha conocedora de la vida. Al empezar la noche de bodas él le pregunta a ella con solemnidad: "¿Eres virgen?". "¿Para qué quieres saber eso? -responde Pirulina-. ¿Me vas a rezar?"... La maestra le pidió a Pepito que escribiera en el pizarrón la cualidad más grande que tuviera. Escribió el precoz chiquillo: "La cualidad más grande que tengo es mi ésta". "¡Pepito! -exclamó la profesora, estupefacta-. ¡Te quedarás en el salón después de clases!". Se vuelve Pepito hacia sus compañeros y les dice en voz baja: "¿Lo ven? ¡Da resultado la publicidad!"... FIN.
