En el asiento de atrás del automóvil Pirulina le dijo a Babalucas: "Si quieres sexo, tendremos que hacerlo en forma segura". Rápidamente Babalucas puso los seguros de las puertas... Por orden del gerente el mesero del bar se negó a servirle una copa más al intoxicado parroquiano. El ebrio se indignó: "¿Sabes quién soy?". "No lo sé, caballero -respondió el mesero con toda cortesía-. Pero no se preocupe: ya se acordará usted cuando se le quite la borrachera"... Una señora y un granjero charlaban acerca de diversos temas. Éste narró la historia de sus gallinas, que en un principio no ponían huevos, y luego empezaron a ponerlos en abundancia. "¡Qué coincidencia! -exclama la señora-. Esa historia se parece a la mía. Al principio de mi matrimonio no podía tener hijos, y luego tuve familia numerosa". Explica el granjero: "Para que mis gallinas pusieran, lo que hice fue cambiar de gallo". "¡Qué coincidencia! -vuelve a exclamar la señora-. ¡Yo también!"... Pese a todos los pesares, la vida continúa. Uno de los lugares para vacacionar favoritos de la gente de Monterrey es la Isla del Padre, en el extremo suroriental de Texas. Para llegar ahí los regiomontanos usan preferentemente la autopista de cuota Monterrey-Reynosa, que en las últimas semanas ha sido escenario de graves hechos de violencia. Los hoteleros de la Isla pensaron que este año sus hoteles estarían vacíos, por el temor de los regios a viajar. Se equivocaron: igual que cada año, la ocupación hotelera ha sido ahí del 100 por ciento. ¿Se debe esto a imprudencia, a frivolidad culpable de los vacacionistas? No. Sucede que la gente se resiste a dejarse vencer por el temor; se niega a convertirse en rehén de la inseguridad. Eso sí: muchos viajeros tomaron precauciones: no hicieron el trayecto por la noche, o en horas de la madrugada, sino a plena luz del día; algunos organizaron caravanas para hacer el viaje en grupo. Pero la vida continuó, a pesar de todos los pesares. Y es que, a pesar de todos los pesares, la vida siempre continúa... Una joven señora llevó a su esposo con el médico. "Ya no lo aguanto, doctor -dijo al facultativo-. Le gusta con pasión el futbol, y todas las noches sueña que está viendo un clásico. Tanto patea, bracea y cabecea en su sueño que me deja tundida y lacerada. Anoche soñó el clásico Tigres-Rayados, y mire cómo quedé: llena de moretones, cardenales, contusiones y magulladuras". Dictamina el galeno: "Lo que el señor necesita es un calmante. Hoy por la noche dele esta pastilla sedativa. Con eso ya no soñará". Suplica con ansiedad el tipo: "¡Doctor: deme esa píldora hasta mañana, por favor! ¡Esta noche me toca soñar el América-Guadalajara!"... Un señor de edad más que madura proponía una tesis más que triste. Decía: "La vida sexual de un hombre atraviesa por tres fases: Primera: sin pagar. Segunda: pagando. Tercera: ni pagando"...Sigue ahora un chiste de subidísimo color. Las personas con escrúpulos de moralina deben abstenerse de leerlo, pues dicha narración es contraria a la decencia. En todo caso pidan a otro que les lea el cuento... Discutían un señor y una señora acerca de quién experimenta más placer al realizar el acto del amor, si el hombre o la mujer. El señor sostenía que es el hombre el que siente la mayor satisfacción. Le dice la señora: "Permítame una pregunta. Tiene usted comezón en el conducto interno de la oreja, y se rasca con el dedo meñique. La comezón desaparece. ¿Dónde siente usted mayor placer: en la oreja o en el dedo?". "En la oreja, desde luego" -responde sin vacilar el hombre. Y exclama con acento de triunfo la señora: "Ah ¿verdad?"... FIN.