En aquel programa de preguntas y respuestas debían participar un padre y su hijo juntos. Se presentaron como concursantes un señor y su muchacho. "La primera pregunta -dice el conductor- es la siguiente: ¿cuál es la parte más sensible del cuerpo de la mujer, considerando de la cintura para arriba?". De inmediato el hijo levantó la mano: "Es la pupila del ojo" -dice. "¡Perfectamente bien contestado! -exclama el animador-. Ahora, la segunda pregunta: ¿cuál es la parte más sensible del cuerpo de la mujer, considerando de la cintura para abajo?". Otra vez levanta la mano el muchacho: "Es la planta del pie" -responde. "¡Correcto!" -aplaude el animador. Luego, dirigiéndose al señor, le dice: "La tercera pregunta es la definitiva. ¿Quién la contestará? ¿Usted o su hijo?". "Que la responda él -dice el señor, mohíno-. Yo me equivoqué en las dos primeras"... Talicia y Cualicia eran hermanas gemelas. Una noche Talicia tuvo una cita con su novio. Había luna llena; soplaba un aura leve perfumada con aromas de gardenia, y brillaba entre los rosales la luz de los cocuyos. Regresó Talicia a su casa con una vaga sonrisa entre los labios. "Hermana -le dice a Cualicia con ensoñadora voz-. Nadie va a notar la diferencia, pero tú y yo ya no somos gemelas idénticas"... Hoy, se supone, es Día del Trabajo. Ignoro si se celebre todavía esa celebración. Aires anárquicos tuvo en un principio; y luego de sindicalismo. Se recordaba con vaguedad a "los mártires del trabajo", pero nadie sabía quiénes eran, ni qué se festejaba exactamente. La única certidumbre al respecto era que el Día del Trabajo no se trabajaba. Había un desfile de trabajadores. No sé si aún lo haya, en cuyo caso me sorprendería bastante. Los obreros eran obligados a marchar por sus líderes, que tomados del brazo encabezaban "el contingente". Desde un balcón del Palacio Nacional el Presidente en turno miraba pasar ese desfile, que era a la vez una muestra de acatamiento al mandatario y la recordación de que debía mantener la alianza tácita con aquellos líderes a los que se llamaba "charros". Haya desfile o no, lo cierto es que pervive esa estructura corporativista, y perviven también los malos sindicatos, que siguen aún dañando a México. Esas organizaciones son entidades antidemocráticas, y constituyen una de las maneras más visibles de corrupción y atraso de las muchas que en México sufrimos. El sindicalismo es algo valioso cuando protege el legítimo interés de los trabajadores, pero se tuerce y desvirtúa cuando sirve sólo al interés personal de los viciados líderes. Y ya no digo más, porque hoy no debo trabajar: es Día del Trabajo... Babalucas invitó a Rosibel a comer en restorán. Ella miró el menú, y le preguntó a su acompañante: "¿Empezamos con un coctel de abulón?". "No, gracias -declinó el badulaque-. No bebo"... Una señora le dice a su comadre: "Mi esposo Amnesio es muy olvidadizo". "Lo sé -confirma la comadre-. A cada rato debo recordarle que está casado contigo"... "Ricarda -le dice el galancete a la fea muchacha-. ¿Te quieres casar conmigo?". "¡Pero, Avidio! -se asombra ella-. ¡Si apenas tienes tres días de conocerme!". "Es cierto -acepta él-. Pero trabajo en el banco donde tu papá tiene sus cuentas"... En el día de campo, Afrodisio Pitongo se llevó a la chica atrás de unos arbustos, y sobre el césped comenzó a hacerla objeto de apasionadas muestras de amor. De pronto ella le dice con apuro: "¡Afrodisio! ¡Ahí vienen mis tías y mis primas!". "¡Que hagan fila!" -contesta él respirando con agitación... FIN.