A la prima Celia Rima, versificadora de ocasión, se le ocurrió un travieso epigrama hexasilábico para comentar la prohibición que el director técnico de la Selección Mexicana de Futbol impuso a sus jugadores al decretar que durante el tiempo que dure la Copa del Mundo sólo podrán tener dos encuentros sexuales. "No es el encuentro lo que cansa -sentenció a ese respecto Casey Stengel-. Lo que agota es la búsqueda". En efecto, el legendario manager de los Yankees de Nueva York prohibía a sus peloteros que se desvelaran en cantinas o sitios de fornicación, pero no les vedaba el natural derecho a ejercitar su varonía en tiempo y forma. Sabía aquello de: "Semen retentum venenum est", y antes bien aconsejaba a los peloteros evitar una larga continencia que bien podía ponerlos de humor áspero y bajar su rendimiento en el diamante. Según este criterio, el técnico mexicano incurriría en error al prohibir a sus ratoncitos verdes que estén más de dos veces con su respectiva ratoncita en el transcurso del torneo. Por eso a la prima Celia Rima le llegó la inspiración, y escribió estos versillos en los cuales incita a los futbolistas a tomar medidas que contrarresten la prohibición impuesta por el directivo. Dice el epigrama: "¡Qué cruel su malicia! / ¡Abajo el tirano! / ¡Háganse justicia / por su propia mano!". Sin embargo he aquí que la selección mexicana obtuvo una espléndida victoria sobre un poderosísimo rival, Italia, campeón actual del mundo. ("¡Ganamos!" gritaron jubilosos algunos cronistas. En la derrota habrían mascullado: "Perdieron"). Yo no sé nada de futbol. No lo digo por presumir, sino porque así es. Alcanzo, sin embargo, a darme cuenta de que un triunfo como éste, que sin hipérbole se puede calificar de histórico, eleva el ánimo de la Nación. Después de tal victoria el equipo de México llegará a Sudáfrica en excelentes condiciones psicológicas. Ojalá a nadie se le ocurra pensar que el triunfo sobre Italia se debió a la abstinencia sexual que el técnico exigió a sus jugadores, porque entonces habrá un descenso grave en la tasa de natalidad de este país: pensarán muchos que retener los jugos naturales los hará cobrar nuevo vigor, y aplicarán el consejo que daba aquel señor para vivir luengos años: "Come poquito, bebe vinito y duerme solito". Yo puedo dejar de lado la bebida, y aun vencer las tentaciones de la gula; pero eso de dormir sin compañía no va con mi naturaleza. Cuando debo pasar la noche en soledad me invade un terror cósmico. Lo estoy sintiendo ahora mismo, con sólo pensar en eso, y entonces mejor procedo a relatar lo que le sucedió al nuevo personaje de esta columnejilla, el Poqui Tapolla. La madre Naturaleza se mostró avara y cicatera con él, y le puso una escasa dotación en la región de la entrepierna. Estaba el Poqui haciendo el amor con su mujer cuando de pronto sonó el timbre de la puerta. Se asomó la señora por la ventana a ver quién era, y le dijo, asombrada, a su marido: "¡No me vas a creer quiénes están ahí! ¡Los Reyes Magos!". Oyó ella que su esposo le decía: "Pasa a Melchor", y respondió: "¿Por qué nada más a Melchor? Haré pasar también al negro Baltasar, que de seguro estará mejor equipado que tú para el trance en que ahora nos hallamos; y a Gaspar lo pasaré también, pues siempre he tenido la fantasía erótica de hacerlo con varios hombres a la vez". Al oír aquella franca declaración de su consorte el Poqui Tapolla prorrumpió en injurias y denuestos: "¡Mujer infame! ¡Desfachatada pecatriz! ¡Vulpeja inverecunda! ¡Bribona! ¡Meretriz! ¡No te dije: 'Pasa a Melchor'! ¡Te dije: 'Pásame el short', para ir a abrir la puerta!"... FIN.
Reciban un caluroso saludo del Consulado General de los Estados Unidos en Monterrey, Nuevo León. Soy Daniel Perrone, cónsul y jefe de Operaciones Consulares, y estoy muy contento de tener esta oportunidad de presentarme con ustedes. Por un periodo de dos años estaré supervisando las operaciones de visas, así como también los servicios que se brindan a ciudadanos estadounidenses. Esta columna es la primera de muchas que planeamos tener mensualmente en donde responderemos a sus preguntas de qué, por qué y cómo hacemos nuestro trabajo.
Comencé mi carrera como diplomático hace casi veinte años y esta es la tercera vez que estoy en México: estuve en Mérida, Guadalajara y ahora en Monterrey. Mi familia y yo tenemos un afecto muy grande por este bello país y su gente tan cálida.
El propósito de esta columna es el de mejorar la comunicación entre el Consulado y la gente de México, a quienes les brindamos servicio. El distrito Consular de Monterrey incluye los estados de Nuevo León, Durango, San Luis Potosí, Zacatecas y parte de Coahuila. Aunque ustedes tienen la opción de ir a cualquier Consulado queremos que consideren a Monterrey como la primera opción cuando vayan a tramitar una visa o bien, si ustedes son ciudadanos estadounidenses, al solicitar su pasaporte o alguna otra documentación o servicio.
Sabemos que hay gente que tiene muchas preguntas de cómo tramitar una visa y cómo hay que usarla correctamente, así como el deseo de informarse de los servicios que están disponibles para los ciudadanos estadounidenses que viven en México. Sabemos también que muchos de ustedes tienen dudas y puede ser confuso, ya que existe mucha información malinterpretada y eso es lo que queremos aclarar. No hay por qué preocuparse al venir al consulado y pedir una visa porque va a visitar a un amigo, un familiar o a alguien querido en los Estados Unidos.
A través de esta comunicación mensual, que iniciamos hoy, deseamos que ustedes comprendan nuestro trabajo, así como las leyes y regulaciones que nos guían. Por favor envíenme sus preguntas o dudas a mi correo electrónico: PreguntaalConsulMTY@state.gov.
A partir de hoy, cada mes estaremos publicando respuestas a las preguntas más frecuentes enviadas por ustedes.
Quedo a la espera de escuchar de ustedes muy pronto.
