Un hombre y su hija, muchacha soltera ella, hicieron un viaje en autobús. No pudo acompañarlos la mamá de la chica y esposa del señor. Poco antes de llegar a su destino un asaltante subió al camión, y a punta de pistola obligó a los pasajeros a entregarle sus posesiones. En el botín se fueron las maletas de ambos, y la cartera del señor. Se lamentó él: "Nos hemos quedado sin dinero". "No, papá -le dice la muchacha-. Cuando vi entrar al asaltante me escondí el monedero abajo de las pompas". Exclama el señor con pesadumbre: "¡Qué lástima que no vino tu mamá! ¡Habríamos podido salvar también las dos maletas!". (Y el piano, si lo hubieran llevado)... Casó Meñico Maldotado. La noche de bodas salió del baño. Vestía una elegante bata. Se plantó frente al lecho donde ya lo esperaba, ansiosa, su flamante mujercita, y con ademán de artista desató el cinto de la bata y la dejó caer con displicencia de hombre del mundo. Quedó así al natural ante los ojos de su desposada. Ella apartó la vista. "¿Qué sucede, mi cielo? -preguntó con inquietud Minicio-. ¿Acaso herí tu pudicia y tu candor?". "No -responde ella-. Lo que pasa es que recordé un consejo de mi madre. Me dijo que ya estando casada no debo fijarme en pequeñeces"... La esposa de Afrodisio sufría mucho por las continuas infidelidades de su marido. Él le juró solemnemente que dejaría el vicio erótico que lo poseía. Un día, sin embargo, la señora llegó a su casa y encontró al infiel en el tálamo conyugal con una enana. "Compréndeme, mujer -se justifica el lascivo yogador-. Me estoy quitando el vicio poco a poco"... Una señora fue a una tienda de mascotas, y vio dos loritos le que le gustaron mucho. "Uno es hembra y otro es macho" -le informó el encargado. "No veo ninguna diferencia entre ellos -replicó la señora-. Si los compro ¿cómo sabré cuál es el macho y cuál es la hembra?". "Muy sencillo -responde el individuo-. Cánteles sin parar una canción de cuna. El primero que diga: '¡Ya me tienes hasta los éstos con tu cancioncita!', ése es el macho"... Dice la muchacha a otra: "Mi novio es campeón de tiro. Además es un hombre muy romántico. Anoche llevaba yo un vestido muy escotado, y me dio un beso en el hombro". Comenta la amiga: "Pues para ser campeón de tiro tiene muy poca puntería"... Babalucas hacía un trámite oficial. Le pide el encargado: "Deme su nombre". "No se lo puedo dar -responde Babalucas-. ¿Luego cómo me llamaría?"... Le cuenta un tipo a otro: "Mi esposa y yo practicamos el nudismo en nuestra casa". Pregunta el otro: "¿Cuántos hijos tienen?". "Quince" -responde el individuo. Concluye el amigo: "Entonces no es que practiquen el nudismo; lo que sucede es que no tienen tiempo de vestirse"... Tres amigas se casaron el mismo día; la primera con un muchacho de 20 años, la segunda con un hombre de 40, la tercera con un veterano de 60 y tantos. Fueron las tres parejas a Cancún, y coincidieron en el mismo hotel. Las recién casadas hicieron un travieso pacto: al día siguiente se juntarían a desayunar, y al saludarse se dirían "Buenos días" tantas veces como sus respectivos maridos les hubieran hecho el amor en la noche de bodas. Se encontraron, en efecto. Dice la primera con una gran sonrisa: "¡Buenos días, buenos días, buenos días!". Saluda la segunda igualmente feliz: "¡Buenos días, buenos días!". Y dice muy mohína la tercera: "Hola"... FIN.