En la fiesta de la iglesia el padre Arsilio tuvo antojo de comer algo ligero. Se dirigió al puesto de alimentos, y le pidió a la guapa chica que lo atendía que le diera unos nachos y un refresco. La muchacha se dio la vuelta para surtir la orden. Al inclinarse en busca del refresco la breve minifalda que portaba se alzó de tal manera que a la chica se le vio toda la parte posterior. "¡Perdone usted, padre!" -se disculpó, confusa, bajándose apresuradamente la faldita. "No tienes por qué pedir perdón, hija mía -la tranquilizó el amable sacerdote-. Estoy entregado a las tareas del espíritu, y las cosas del cuerpo no las veo. Si por azar se me presentan a los ojos, como ahora, no dejan en mí ninguna impresión". "Qué bueno que me lo dice, padre -agradece la muchacha-. Eso me tranquiliza. Pero dígame: ¿qué me había pedido? Con la pena se me olvidó". Responde el padre Arsilio: "Te pedí unas nachas y un refresco"... Babalucas tenía un bar atendido por meseras. Le iba mal. Una colega le hizo una sugerencia: "Haz lo que yo. Tres días de la semana mis meseras andan sin nada arriba. Otros tres días andan sin nada abajo. Y siempre tengo lleno completo''. Llegó Babalucas a su bar, llamó a las meseras y les ordenó: "A partir de mañana, los lunes, miércoles y viernes vendrán ustedes sin moño. Y los martes, jueves y sábados no traerán zapatos''... Debe haber una ley que prohíba a los partidos políticos gastar tanto dinero. En un país de pobres, como México, es irritante la existencia de partidos que disponen de miles de millones de pesos para su propaganda, y para mantener a una caterva de políticos que medran a costa del erario. Se ha dicho hasta la saciedad que algunos de esos partidos, los que forman la mezquina "chiquillada", no son verdaderas organizaciones políticas, sino negocios personales o de familia que sobreviven sólo por las alianzas que establecen con los partidos grandes. Todo eso es evidencia de subdesarrollo. Tenemos demasiada política y demasiada burocracia electoral, siendo que deberíamos privilegiar las actividades productivas. Gastamos mucho en la propaganda que se hacen los políticos, en vez de aplicar los recursos que tenemos, cada vez más menguados, en apoyar la producción en el campo y las ciudades. Alguna vez quizá llegará el día en que la política y los políticos sirvan a la Nación, en vez de dedicarse a exprimirla... En el sepelio de su esposo la viuda lloraba desconsoladamente. Se le acerca un individuo y le dice: "Señora, me gusta usted mucho. ¿Podría visitarla en su casa hoy en la noche?''. "¡Grosero, sinvergüenza!'' -se indigna ella-. ¿Cómo se atreve a decirme eso? ¡Y en estas circunstancias!''. "Perdóneme -se disculpa el tipo-. Es que no pude resistir su belleza''. Replica la mujer: "Y eso que he estado llorando''... El preocupado cliente le dice al cantinero: "Me habían asegurado que este bar es muy pacífico, y el individuo que está en aquella mesa se está poniendo unos guantes de box. ¿Irá a buscarme pleito?". "No se preocupe, señor -lo tranquiliza el cantinero-. Ese cliente, cuando se siente ya mareado, se pone guantes de box. Siempre acaba en el suelo privado de sentido, y los guantes son para que no le vayan a pisar los dedos"... Aquellos recién casados decidieron pasar la noche de bodas en la casa donde iban a vivir, pues su avión salía por la tarde. Cuando despertó en la mañana, después de la noche nupcial, el novio se levantó sin hacer ruido, y de puntillas fue a la cocina. Quería darle una sorpresa a su mujercita: le llevaría el desayuno a la cama. Se lo llevó, en efecto. La muchacha miró las viandas que su marido le presentaba. El café estaba frío; las tostadas se habían quemado: los huevos se veían cuajados en el plato, hechos un masacote. "¡Caramba! -exclama la muchacha con disgusto- ¿Quiere esto decir que tampoco sabes cocinar?"... FIN.