La linda muchacha soltera dio a luz un bebé. Le dijo a uno de sus numerosos novios: "Tú eres el padre de este niño". El tipo se defendió: "¿Cómo lo sabes? Has estado saliendo con Pedro, Juan y varios. Cualquiera de ellos podría ser el padre. ¿Por qué dices que soy yo?". Explica ella. "El niño tiene tu principal característica". Se amoscó el sujeto: "¿Cuál es esa característica?". Responde la muchacha: "Es prematuro"... Dos gatitas estaban en el tejado, y un gato de muy buena presencia pasó con garboso andar por el pretil. "¡Wow! -le dice una de las gatitas a la otra-. ¡Lo que podría yo hacer con ese gato!". "Olvídalo -replica la otra-. Hace unos días lo llevaron con el veterinario, y ahora lo único que hace es hablar de su operación"... Había un general revolucionario famoso por sus prudentes retiradas. No diré su nombre, pues ya no tiene descendientes. Al él se atribuye aquella célebre orden impartida a sus soldados ante el anuncio de la posible llegada de los enemigos: "Si son muchos, corremos. Si son pocos, nos escondemos. Y si no es ninguno ¡al ataque, muchachos, que pa' morir nacimos!". En cierta ocasión otro general le reprochó que se retirara ante una fuerza muy inferior en número. "No nos vamos retirando -explicó el cauteloso mílite-. Vamos avanzando hacia atrás". Lo mismo podría decir el señor secretario de Salud. No se hizo para atrás en la lucha contra los alimentos chatarra: simplemente retrocedió. Se patraseó, como dicen en Tabasco. Poderosas industrias son las que producen las frituras y fritangas, y los refrescos con alto contenido de cafeína y azúcares que los niños mexicanos pueden comprar en sus escuelas, y que consumen ahí mismo. El problema de la obesidad infantil es grave en México. De ahí deriva un cúmulo de enfermedades de toda índole. Hace unas semanas pensamos que la autoridad encargada de velar por la salud de la generación futura había dictado al fin medidas firmes para evitar que las escuelas sean centros de distribución de esos productos de escaso valor nutritivo, y nocivos por los ingredientes que contienen. Algún cabildeo hubo, eficacísimo, y el señor secretario avanzó hacia atrás. No son plausibles las explicaciones que ofrece para justificar su conducta. Habrá que esperar más tiempo antes de que otra autoridad con más entereza ponga el bienestar de los niños mexicanos por encima de motivaciones de política y de medro para algunos empresarios... Un viejecito iba por la calle caminando penosamente. Al andar llevaba las piernas abiertas, por lo cual su paso era lento y vacilante. Cruzó frente a la Facultad de Medicina en el momento en que salían dos estudiantes. Le dice uno al otro: "Mira cómo camina ese pobre hombre. Seguramente sufre el síndrome llamado de Bamberger-Marie, el cual produce osteoperiostisis osificante toxicógena". Opina el otro: "Conozco ese síndrome, y lo he estudiado bien, pero no observo en el señor los síntomas correspondiente a él. Pienso que más bien presenta un caso de osteocondritis, o enfermedad de Köhler". No pudieron ponerse de acuerdo, y decidieron preguntarle al anciano cuál era el mal que le habían diagnosticado. "¿Cuál creen ustedes que es?" -preguntó a su vez el veterano. Responde el primero: "Yo pienso que es el síndrome de Bamberger-Marie". "Piensas eso -le dice el viejecito-. Pero estás equivocado". Contesta el segundo: "Yo pienso que es la enfermedad de Köhler". "Piensas eso -le dice igualmente el anciano-. Pero estás equivocado". "Entonces -preguntan los estudiantes-, ¿cuál es su problema? ¿Por qué camina así, con las piernas abiertas?". Responde tristemente el viejecito: "Pensé que era aire. Pero estaba equivocado"... FIN.
