Al principar la noche de bodas Simpliciano le preguntó, solemne, a Pirulina. "¿Soy yo el primer hombre?". Ella calló. Inquiere el novio con severidad: "¿Te pone en apuros la pregunta?". "No -contesta Pirulina-. Lo que me pone en apuros es la respuesta"... Capronio, sujeto ruin y desalmado, le dice a su mujer: "¿Qué haremos el próximo fin de semana?". Sugiere ella: "Pensemos". "No -replica el tal Capronio-. Algo que tú también puedas hacer"... El licenciado Antonio Gutiérrez Cabello, querido amigo desde hace muchos años, me llamó por teléfono y me dijo que el señor Víctor Manuel Vucetich, director técnico del equipo de futbol Rayados, de Monterrey, quería que yo les diera a sus muchachos eso que en jerga deportiva se llama un pep talk, es decir una plática de animación. El equipo estaba en vísperas de un partido importante. La invitación dejome sorprendido. Me gusta el futbol soccer, desde luego, sobre todo cuando no se juega con los pies. Sin embargo, como buen saltillense y sarapero, mi deporte es el beisbol. Lo jugué desde niño, con el apodo de "El Venado Fuentes". Se me llamaba así por mi ligereza para correr por el diamante. En la temporada del 50 fui el que más bases se robó. Casi todas las vendí, pero aun conservo como recuerdo una segunda base hecha de lona. Atendí, no obstante eso, la amable convocatoria que me hacían los Rayados, equipo de tanto prestigio y tradición, tan querido por los regiomontanos. El pasado viernes fui al hotel donde estaba concentrados los jugadores, y les hablé de las cualidades que a mi juicio debe tener un deportista bueno: la disciplina, el sentido de equipo, la voluntad de triunfo, el amor a sus colores, el ansia de superación, la entrega total en cada juego, y la renuncia a todo personalismo o vanidad. Cuando acabé de perorar los muchachos me tributaron un aplauso como el que se da a quien anota un excelente gol. Al día siguiente los Rayados vencieron a los Pumas por marcador de 5 a 2. ¡Y diez juegos llevaba el Monterrey sin anotarles a los Pumas más de un gol! REFORMA dijo en su reseña del partido: "Un torbellino fue el equipo dirigido por Víctor Manuel Vucetich". Independientemente del resultado del partido, y haciendo a un lado mi colaboración -modesta, lo reconozco- para anotar los cinco goles, lo cierto es que mi reunión con los Rayados fue algo muy placentero para mí. Los muchachos son agradables, sencillos y educados. Los directivos y funcionarios del equipo son gente muy cordial. Y el señor Vucetich, a más de saber todo lo que hay que saber acerca de futbol, es hombre culto, de amable trato y amenísima conversación. Recibí de regalo una camiseta de los Rayados. A petición mía todos los jugadores, y don Víctor, estamparon en ella sus correspondientes rúbricas. Soy ahora la envidia de mis nietos. En tiempos como estos que vivimos los triunfos de un equipo deportivo dan aliento a sus aficionados, y esperanza. Yo doy gracias a Toño Gutiérrez por haberme brindado una experiencia para mí valiosa, y me pongo a disposición de la República, que ciertamente está muy necesitada de un pep talk... La mamá de Pepito iba a tener un bebé. Pepito le preguntó cómo había entrado el bebé a su pancita. La señora juzgó que había llegado el tiempo de enseñarle a su hijo las cosas de la vida, y le explicó detalladamente el proceso que ella y su esposo habían seguido para encargar al bebé. Pregunta Pepito: "¿Y cómo nacen los perritos, los gatitos, los conejitos, los chivitos y los elefantitos?". Responde la señora: "Exactamente en la misma forma". "¡Uta! -exclama Pepito con asombro-. ¡Ya veo que mi papá no hace distinciones!"... FIN.