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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

Comentaba una señora de madura edad: "Mi marido tiene 85 años, pero en la cama es como un animal salvaje". "¿De veras?" -se asombran sus amigas. "Sí -confirma la señora-. Se hace pipí en las sábanas para marcar su territorio"... Iba un muchacho con su novia por la carretera en automóvil convertible. El joven conductor detuvo su vehículo en el cruce con una vía de ferrocarril. En eso llegó a toda velocidad otro coche y lo golpeó violentamente por atrás. Con el golpe la muchacha salió disparada del convertible y fue a caer sin sentido a varios metros de distancia. Acongojado, el muchacho lloraba junto a ella. Llegó una ambulancia. Después de examinar a la chica el médico tranquiliza al joven. "No te aflijas -le dice-. Tu novia no tiene golpes ni heridas de consideración, y está recobrando ya el conocimiento". "¿Que no me aflija? -gime el muchacho redoblando sus sollozos-. ¡Mire lo que trae ella en la mano!"... Un hombre perdió todo su dinero en un casino de Las Vegas. Salió dispuesto a suicidarse. De pronto se le apareció una mujer horrible. "Soy bruja -le dijo-. Haré que ganes un millón, pero tendrás que cumplir mis órdenes". "¡Lo que digas!" -aceptó con ansiedad el tipo. La fea mujer le pidió que le hiciera el amor ahí mismo, cosa que hizo cumplidamente el individuo. Al terminar el trance le dice el hombre a la fulana: "¿No eres un poco grande ya para pensar en estas cosas de lujuria, concupiscencia, libídine, lubricidad, erotismo y voluptuosidad?". Le responde la mujer: "Y tú ¿no eres un poco grande ya para creer en brujas?"... Cierto señor tenía una fábrica de ropa. Salió de viaje a fin de promover su venta, pero a causa de la crisis le fue mal: nadie le compraba su producto. Pasaban los días y las semanas, y el señor no hacía ni una venta. Tampoco enviaba dinero a su casa, pues casi no tenía ya ni para sus propios gastos. En el hogar la señora sufría apremios y carencias. Desesperada, le puso a su marido este mensaje: "Gira o las doy". Respondió él de inmediato: "Dalas y gira". (No le entendí)... En estos días se nos ha exacerbado nuestro nacionalismo. Pusimos el grito en el cielo, en la tierra y en todo lugar cuando la Clinton nos comparó a Colombia; y lo volvimos a poner cuando un caricaturista extranjero hizo un cartón con la bandera mexicana. Patriotismo es una cosa; patrioterismo es otra. Aquél es verdadero amor; éste es alarde jactancioso. Antes de enfurecernos y reclamar delitos de lesa Patria debemos esperar a que alguien diga una mentira. Cuando el agrarismo le quitó sus tierras a un rico hacendado de mi natal Coahuila, sus hijos le comunicaron su irrevocable decisión de levantarse en armas. "¡Ya quisieran levantarse temprano, desgraciados!", les dijo él. De esa anécdota saco una moraleja: obras son amores, y no buenas razones. Hemos de mostrar nuestro amor a México no con rabietas, sino con nuestro trabajo cotidiano, nuestro comportamiento de ciudadanos responsables, nuestras acciones en bien de los demás. Lo demás es lo de menos: humo de pajas; vocerío hueco; escándalo que pronto pasará... Pepito y su hermanita iban a ser operados en el hospital. A la niña le iban a extirpar las amígdalas; a Pepito le harían la circuncisión. Los papás del chiquillo, sin embargo, le dijeron a Pepito, para no asustarlo, que a él también lo iban a operar de las amígdalas. El niño entró primero al quirófano, y le practicaron la sencilla operación con anestesia local. Cuando llegó de regreso al cuarto, su hermanita le preguntó, alarmada: "¿Te dolió?". "Nada -responde Pepito-. Pero creo que los médicos van a tener problema para encontrarte a ti las amígdalas"... FIN.

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