Le dice un tipo a otro: "Te veo muy preocupado. La cara que traes no va con la alegría del Bicentenario". "¿Qué alegría puedo yo tener? -responde el otro con sombrío acento-. Le iba a comprar a mi novia un regalo por su cumpleaños, y me pidió que mejor se lo deje ya para el Día de la Madre"... El profesor le dice a Pepito: "Sé que no sabrás la respuesta, porque eres el más bruto de la clase, pero dime el nombre de un mamífero que no tenga dientes". "No sé" -responde Pepito. "¿Lo ves? -se burla el mal mentor-. No sabes nada de Zoología". "De Zoología sé bastante -responde Pepito-. Lo que no sé es el nombre de su abuela"... La niñita le cuenta a su papá: "La maestra me pidió que le diera un ejemplo de mentira". "¿Quién es ella?", -pregunta el señor. "Es la señorita Rosiblel" -responde la pequeña. "La conozco -declara el papá-. Y si te pide un ejemplo de mentira dile sencillamente: → Señorita→ "... Don Cornulio enseñó a su perro a contestar el teléfono. Un ladrido del animalito quería decir "sí"; dos ladridos significaban "no". Llamó cierto día don Cornulio a su casa, y contestó el gozque: "¿Guau?". "¿Eres tú, Firuláis?" -pregunta don Cornulio. "Guau" -confirma el can. "¿Está mi esposa?" -inquiere don Cornulio. Y el perrito: "Guau". "¿Se encuentra en la cocina?". "Guau guau". Al ladrar dos veces, Firuláis quería expresar que su ama no se hallaba en la cocina. "¿Está en la sala?". "Guau guau" -vuelve a negar el perro. "Ya entiendo -dice don Cornulio-. De seguro se encuentra en la recámara". Y el perro: "Guau". Con eso manifestaba que, en efecto, la señora se hallaba en la alcoba. "¿Está sola?" -pregunta don Astasio. Niega el animalito: "Guau guau". "¡Santo Cielo! -se alarma don Cornulio-. ¿Acaso está con un hombre?". "Guau" -confirma Firuláis. Don Astasio, temiendo lo peor, pregunta: "¿Qué están haciendo?". Y entonces el perro empieza a jadear, acezar y respirar agitadamente: "¡Ahh ahh ahh ahh ahh ahh ahh!"... Celebramos hoy el bicentenario de un mito. Quien no tenga los ojos cerrados a la verdad sabrá reconocer que el Padre Hidalgo y sus acompañantes -Allende, Aldama y todos los que participaron en el movimiento que se inició en Dolores hoy hace 200 años- no hicieron la Independencia mexicana. Su lucha fue efímera; duró unos cuantos meses, y terminó trágicamente en el patíbulo. La separación definitiva de México y España la llevó a cabo Iturbide, con su Plan de Iguala y sus Tratados de Córdoba, en 1821. Así las cosas, estamos celebrando el nacimiento de la criatura cuando la madre apenas acaba de quedar embarazada. Pero ese mito, el del Padre de la Patria, es entrañable y digno de respeto, y forma parte de nuestra nacionalidad en la misma medida que otro profundo mito: el de la Virgen de Guadalupe. Mito aquí no quiere decir mentira, sino símbolo para interpretar las raíces de un pueblo, y su pasado. Amemos este día a nuestra Patria con el sencillo amor con que los niños hacen el saludo a la Bandera y cantan el Himno Nacional. Y digamos con ese mismo amor no sujeto a rigores científicos de Historia ni contaminado por ninguna ideología: ¡Feliz Bicentenario, México!.. Impericio llevó a su novia a un día de campo, y ahí logró convencerla de que se entregaran sobre el césped a los deliquios del amor. En eso estaban cuando el galán interrumpió de pronto el acto, y le preguntó con gesto severo a su dulcinea: "Dime, Susiflor: ¿has hecho esto antes con otros hombres?". "¡Claro que no! -respondió ella, indignada-. ¿Por qué me haces semejante pregunta?". Contesta Impericio: "Porque tus movimientos no son de señorita. Corresponden una mujer cuyos meneos, giros, y quiebros de cintura dan a conocer mucha experiencia previa". Replica la muchacha: "Mis movimientos son de señorita. Esos meneos, giros y quiebros de cintura que dices corresponden a una señorita a la que el imbécil de su novio acostó sobre un hormiguero"... FIN.