Don Añilio llegó a la edad madura, ésa en que el hombre deja de tener emociones y empieza a tener síntomas. El primero que se le manifestó fue cierta debilidad en la hora del amor. No conseguía a veces izar el pendón de su rijosidad. Los problemas de disfunción eréctil son muy frecuentes en el varón: 95 de cada 100 hombres dicen que jamás los han tenido. (Una pareja acudió ante el consejero matrimonial. Dijo la esposa: "Mi marido sufre de impotencia". Le pregunta al señor el consejero: "¿Es cierto eso?". "No exactamente -responde el señor-. Ella es la que sufre, no yo"). El caso es que don Añilio fue con el doctor, y éste le recomendó unas ciertas pastillitas que le fortalecerían el ánimo y lo ayudarían a combatir las dulces batallas del amor. Aquella misma noche el veterano señor se alegró mucho. Le dijo a su señora: "Estas pastillas deben ser muy efectivas". "¿Por qué?" -preguntó ella con interés mayor que aquel con que solía oír las declaraciones de su esposo. Contestó don Añilio: "Porque al tomarme la pastilla se me atoró en la garganta, y ahora traigo el cuello duro"... Iban dos viajeros en ferrocarril. Por la ventana del vagón vieron a un pastor que llevaba 200 perros y una oveja. Le dice uno de los viajeros al otro: "Debemos irnos acostumbrando desde ahora. Las cosas son completamente diferentes en este país"... La maestra le preguntó a Pepito en la clase de aritmética: "Si tienes 5 mil pesos, y le das mil a Rosilita, mil a Juanilita, y mil a Tonilita, ¿qué tienes tú?". "Una orgía" -responde sin vacilar Pepito... El padre Arsilio le dijo a un colega: "Sé lo que haré en la eternidad. Lo que no sé es qué hacer los domingos en la tarde"... Letrero en la puerta de un médico de pueblo: "Dr. Fulano. Especialista en mujeres y otras enfermedades"... Antes de empezar la noche de bodas el novio se dirigió, solemne, a su flamante mujercita: "¿Soy yo el primer hombre con el que has hecho esto?". "A lo mejor sí -responde ella-. ¿Estuviste en Cancún en el spring break del 2002?"... En el pequeño restorán del vecindario el recién llegado vio un anuncio que decía: "Hot dogs: 20 pesos. Hamburguesas: 30 pesos. Masaje integral para hombres: 300 pesos. Le pregunta el tipo a la propietaria, única persona que estaba en el local: "¿Usted es la que da los masajes integrales para hombres?". "Así es -responde ella-. Si quiere uno podemos ir a la parte de atrás". "No -declina la invitación el individuo-. Quiero una hamburguesa. Pero, por favor, primero lávese las manos"... El marido y su esposa tuvieron una discusión. Él le gritó a ella: "¡No sabes cómo tener en orden una casa!". Ella, furiosa, replicó: "¡Y tú eres pésimo en la cama!". Esa tarde la señora volvió a la casa más temprano que de costumbre. Su conciencia le había reprochado las duras palabras que dijo a su marido, y quería prepararle una excelente cena a modo de disculpa. Cuando entró escuchó ruidos raros en la alcoba. Subió, y cuál no sería su sorpresa al ver a su marido en amoroso trance con la vecina del 14. "¡Estabas equivocada, vieja! -dice el hombre sin suspender sus eróticos meneos-. ¡Ella no piensa como tú!"... La conoció en un bar. Era alta y fuerte, con aspecto de gimnasta o amazona. Le llamó la atención su voz: sensual, gutural, grave, como la de Lauren Bacall. ("If you want anything, all you have to do is whistle"). La llevó a su departamento. Empezaron las acciones del foreplay, y él se quitó la ropa. Ella, sin embargo, no se despojaba de la suya. "¿Qué haces? -le preguntó él-. ¿Por qué no te desvistes?". Respondió "ella": "Estoy obervando tu entrepierna. Tienes ahí casi tanto como yo"... FIN.