Un muchacho iba a contraer matrimonio, y recelaba acerca de si su novia habría tenido experiencias sexuales anteriores. Le sugiere un amigo: “Para saber si ella ha conocido a otros hombres, lleva a la luna de miel un botecito de pintura roja, otro de pintura azul, una pequeña brocha, y una pala”. “Todo eso ¿para qué?” -preguntó intrigado el muchacho al oír de tan peregrino equipo. “Mira -le explica el otro-. Te pintas uno de rojo y el otro de azul. Si al verte tu novia dice: ‘Esa es la cosa más ridícula que he visto en mi vida’, sabrás que ha conocido ya a otros hombres. Entonces le das con la pala en la cabeza”... Don Poseidón, labriego acomodado, fue a la ciudad a comprarse un traje nuevo. Regresó al pueblo en tren, y montó en su caballo, que había dejado en la estación. Le dijo: “Anda, Flamazo -así se llamaba el equino-. Vamos a soprender a mi mujer”. En el camino don Poseidón sintió agobios de calor. Vio un arroyuelo de aguas cristalinas, y decidió darse un chapuzón para refrescarse. Cuando volvió a la orilla no encontró su ropa: se la había llevado un ladrón. No se mortificó don Poseidón. Así, en peletier -quiero decir en cueros, subió otra vez a su caballo y le dijo: “Anda, Flamazo. Vamos a sorprender ami mujer. Y de paso a todo el pueblo”. (Hagan ustedes de cuenta Lord Godiva)... En los ejercicios espirituales para hombres les pidió el padre Arsilio a los ejercitantes: “Levanten la mano los que se quieran ir al Cielo”. Todos la levantaron, menos Astatrasio Garrajarra, el borrachín del pueblo. “¿Tú no quieres ir al Cielo, Astatrasio?” -le preguntó, paternal, el sacerdote. “Sí, señor cura -respondió el beodo-. Pero no revuelto con esta bola de caborones”... En la fiesta don Languidio le dice a su mujer: “Les estoy contando a estos amigos que nosotros usamos cama de agua”. “Ah sí -responde la mujer con sequedad-. Te refieres al Mar Muerto”... Enrique Peña Nieto no es el único que aspira en su partido a la candidatura presidencial. Sorprende que haya algún otro, tomando en cuenta la amplia ventaja que en las encuestas -y en los medios- lleva ya el mexiquense. Lo peor que podría sucederle al PRI sería llegar dividido a la elección del 2012. Hay quienes piensan que Carlos Salinas de Gortari juega entre bambalinas el papel de mediador en los conflictos que el PRI afronta. Debería intervenir en éste, de modo que no suceda lo que con Carlos Madrazo sucedió: su empecinamiento y desprestigio hicieron caer al PRI hasta el tercer lugar en la preferencia de los electores, por abajo del PAN y el PRD. Dicen que los dioses vuelven ciego al que quieren perder. La política también. Abran los ojos quienes sin tener ninguna posibilidad de triunfo se obstinan en participar en la carrera por la candidatura, a menos que sus acciones tiendan a estar en aptitud de negociar después alguna posición de relevancia en el equipo del puntero... El ginecólogo le dio la buena noticia al recién casado: “Su esposa está embarazada”. “No me sorprende -replica el muchacho-. Desde que nos casamos le he dado cada día al menos dos motivos para estarlo”... Don Senilio casó con mujer joven. Para estar a la altura de las circunstancias se hizo implantar glándulas de mono. (Aún no se conocían las virtudes de las miríficas aguas de Saltillo). Al día siguiente de la noche de bodas la mamá de la chica, curiosa, le habló a su hija por teléfono. “¿Le dieron resultado a tu marido las glándulas de mono?”. “Todavía no lo sé -responde la muchacha-. Se la ha pasado todo el tiempo trepado en el candil del cuarto comiendo cacahuates”... La señora celebraba su cumpleaños. “Ten cuidado -le dijo en broma su marido, que era electricista-. A lo mejor ahora que llegaste a los 40 te cambio por dos muchachas de 20”. “Ni lo pienses -responde ella-. Si para mí no tienes ya corriente, menos vas a poder adaptarte a 2-20”... FIN.