Acnecito, muchacho adolescente, fue a una casa de mala nota. Lo vio la madama y acudió con alarma al notar la extremada juventud del mozalbete. Le preguntó Acnecito: "¿Cuánto cuesta una hora con una mujer?". "Mil pesos -contestó la hetaira-. Pero no podermos atenderte: eres menor de edad". "No vine a que me atendieran -replica el muchachillo-. Sólo quise saber lo que me ahorro aplicando el sistema de hágalo usted mismo". (Y va de anécdota. Una vez encontré al inolvidable Lalo González, "El Piporro", en un mall de McAllen. Le pregunté qué andaba haciendo, y me contó que un cierto amigo suyo le había dado un reloj para que lo llevara a reparar ahí. Me explicó, muy serio: "El reloj es de los que se dan cuerda automáticamente, con el movimiento de la mano. Mi amigo cometió el error de regalárselo a su hijo adolescente. El muchacho usa el reloj en la mano derecha, y lo encuerdó")... El padre de Susiflor le pregunta al galancete que pedía la mano de la chica: "¿Bebe usted, joven?". Pregunta a su vez el pedilón: "¿Es interrogatorio o invitación?"... Capronio, sujeto ruin, horro de sindéresis (de estas tres últimas palabras la única que entendí fue "de"), intervino en una conversación en la cual las señoras se quejaban de que sus maridos no las sacaban nunca. "Yo todas las noches saco a mi mujer -aseguró-. Pero ella se pone a gritar y a golpear la puerta, y tengo que dejarla entrar otra vez"... Don Poseidón le dijo a una sexoservidora: "Qué buen negocio tienes, linda. Vendes la mercancía, te la pagan, ¡y te quedas con ella!"... Noah Webster (1758-1843) fue un famoso intelectual norteamericano. Periodista, editó "The American Minerva"; historiador, escribió una "Brief History of Epidemic an Pestilential Diseases". Su fama principal, empero, deriva de su actividad de lexicógrafo. Es autor de varios diccionarios, tan célebres que en inglés las palabras "Webster" y "diccionario" son términos sinónimos. La grandeza del pensamiento, sin embargo, no pone a ningún mortal por encima del prosaísmo de la vida. Cierto día llegó a su casa Mister Webster y sorprendió a su esposa en flagrante acción de coito, apareamiento, cohabitación, cópula, fornicación, ayuntamiento, coición, acceso, concúbito o cohabitación. "¿Qué significa esto?" -preguntó alterado. "Dilo tú -respondió con cachaza la mujer-. ¿Acaso no eres experto en significados?". (Nota: en estos casos no sirven de nada los fonemas, gramemas, lexemas, monemas, taxemas, fememas, cenemas, glosemas, morfemas, semantemas y enemas)... La esposa, viuda del golf, le dice con enojo a su marido: "Si pasaras conmigo un fin de semana, en vez de irte a jugar al golf el sábado y domingo, te juro que me caería muerta de la sorpresa". Contesta el golfista, receloso: "No trates de sobornarme ¿eh?"... Dos propagandistas religiosos llegaron a una casa. Le dicen a la mujer que abrió la puerta: "Queremos hablarle de Jesús". "¡Oh no! -se lleva las manos a la cabeza la mujer-. ¿Qué hizo ahora?"... Lacerio Malsinado, hombre de eterna mala suerte, intentó convertirse en ladrón, pero en el primer intento fracasó: entró a robar en una tortillería, y lo sorprendieron con las manos en la masa... Los amigos presumían de sus antepasados. El abuelo de uno había sido gran poeta; el de otro había participado en la revolución. Declara Babalucas: "Pues si mi bisabuelo viviera hoy, asombraría al mundo". Preguntan los amigos: "¿Por qué?". Contesta el badulaque: "Porque tendría 185 años de edad"... El elefante le dice a la elefanta: "Tengo cuatro pies". Pregunta la elefanta: "¿Estás usando un sinónimo de 'patas' o estás presumiendo?". (No le entendí)... FIN.
