Dulcilí llegó a su casa y le dijo a su mamá: "¿Verdad, mami, que siempre has estado muy preocupada por mi virginidad?". "Así es, hija mía -responde la señora, que había leído en su juventud el bello libro "Pureza y hermosura", de monseñor Tihamer Toth-. Siempre me ha preocupado por que conserves la impoluta gala de tu virginidad". "Pues te tengo una buena noticia -le informa alegremente Dulcilí-. ¡Ya puedes dejar de preocuparte!". Sonoros y sonados fueron los comentarios del Presidente Calderón sobre las omisiones en que a su juicio incurrió su antecesor, Vicente Fox, en lo relativo a la lucha contra la criminalidad. Sabemos, ciertamente, que uno no es santo de la devoción del otro, y viceversa, pero eso no explica totalmente el exabrupto. Se rompe con brusquedad la ley no escrita según la cual un Presidente debe guardar consideraciones a quien lo antecedió en el cargo; y se acentúan las divisiones dentro del PAN en vísperas casi ya de la sucesión presidencial. Cosas extrañas vemos ahora, y cosas más extrañas aún veremos después. Un misterioso comentario hizo Pete Rose, famoso beisbolista, sobre su vida erótica. No lo entendí, de modo que me limito a transcribirlo tal como él lo dijo, sin quitar ni poner nada. Rose, uno de los más grandes bateadores de todos los tiempos, tuvo fama de "womanizer", palabra de difícil traducción. De él se murmuraba que tenía una mujer en cada una de las ciudades donde había un equipo de la Liga Nacional. Y eran bastantes. Después de divorciarse de su primera esposa se casó con una despampanante rubia, modelo de Playboy y porrista de futbol americano. Acerca de su éxito con las mujeres Pete Rose hizo el siguiente comentario: "Es que siempre llego al home de cabeza". (No le entendí)... Un actor era famoso por su calidad expresiva. Podía reír alegremente, y llorar luego lleno de aflicción. Alguien le preguntó cómo lograba eso. "Para verme contento -explicó- recuerdo mis fantasías sexuales. Para llorar recuerdo mi realidad sexual"... La señora le confió a una amiga: "Sospecho que mi marido me engaña. Anoche lo vi entrar al cine con una mujer". "¿Por qué no entraste tú también? -le pregunta la amiga-. Así podrías haber confirmado tus sospechas". "Quise entrar -responde la señora-. Pero el hombre con quien yo iba ya había visto la película"... Una señora de madura edad les contó a sus amigas: "Me inscribí en una clase de gimnasia. Durante media hora salté, brinqué, me doblé, levanté las piernas, torcí los brazos, me agité y sudé. Pero cuando acabé de ponerme el leotardo la clase ya había terminado"... El salaz entrenador enseñaba a la linda chica a nadar. Le pregunta ella, temerosa: "¿Y de veras si me quita usted la mano de ahí me hundo?"... Murió el secretario particular de un político importante. En el panteón un nervioso aspirante se acercó el personaje y le dijo: "Sé que no es el momento oportuno, señor, pero temo que alguien se me adelante. Dígame, por favor: ¿podría yo ocupar el sitio de su secretario?". "Claro que sí -responde el otro-. Pero apúrate, porque ya lo van a meter en la fosa"... Una antigüedad es algo que tu abuelo compró en 500 pesos, tu papá vendió en 50 y tú vas a volver a comprar en 5 mil... En el Cielo don Juan Tenorio le dio la bienvenida a un anciano sacerdote. "Me orprende verte aquí, hijo -le dice el señor cura al legendario amante-. ¿Cuándo llegaste?". "Llegué ayer, padre -le dice don Juan-, y pude entrar por la infinita misericordia del Señor". "Por eso mismo estoy yo aquí, hijo mío -responde el sacerdote-. Y lo primero que voy a hacer es realizar una ilusión que tengo: conocer a Las Once Mil Vírgenes". "Demasiado tarde, padre -le dice don Juan atusándose el bigote-. Demasiado tarde".... FIN.