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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

Encuentro un dato interesante relacionado con la temporada navideña que se acerca. ¿Saben mis cuatro lectores cuántos pinos de Navidad -naturales, no artificiales- se venden cada año en Estados Unidos? Entre 30 y 35 millones. Eso se puede hacer por la existencia de viveros forestales cuidadosamente cultivados, y bien protegidos. Existe allá una cultura del árbol que permite a los norteamericanos usar cantidades extraordinarias de madera sin que sus bosques sufran mengua, sino antes bien haciendo crecer continuamente las superficies arboladas. Los mexicanos, por desgracia, no hemos adquirido aún esa cultura. Si en Estados Unidos el gran naturalista John Muir pudo concretar sus ideas apoyado por los gobiernos y los ciudadanos, en nuestro país las voces de los defensores del árbol son recibidas con indiferencia, y luego condenadas al olvido. A un hombre como don Miguel Ángel de Quevedo se le llamó "apóstol", y "profeta". Pero fue apóstol ignorado, y profeta que predicó en el desierto; en ese desierto en que los ricos bosques mexicanos se han ido convirtiendo, arrasados por la ignorancia que deriva de la pobreza, arrasados también por la ambición. Miles y miles de hectáreas de nuestros bosques desaparecen cada año, talados en forma irracional, y sin trabajos casi de reforestación que miren al futuro. Al paso que vamos, los nietos de nuestros hijos conocerán los árboles sólo en fotografía... La mamá de Pepito le repasaba la lección de Geografía. "-¿Cuál es la capital de Coahuila?". Pepito no responde. "-Es Saltillo -le dice la mamá-. Y por no haberlo sabido no te daré sal hoy en la noche'". "-A ver -le dice en seguida-. ¿Cuál es la capital de Aguascalientes?". Tampoco puede contestar Pepito. "-Es Aguascalientes -le dice la mamá-. Y por no haberlo sabido no te daré agua hoy en la noche". En eso interviene el papá de Pepito. "-Pregúntame a mí algo" -pide a la señora-. "-Dime -lo interroga ella-. ¿Cuál es la capital de Sinaloa?". El señor se queda callado. Y dice Pepito a su mamá: "-¿Le das tú la mala noticia, mami, o se la doy yo?"... El visitante de la granja contempla con admiración al gran toro semental y dice al hijito del granjero: "-Debe ser un toro muy bueno". "-No sé si sea bueno -responde el niño-, pero es bastante tonto. Quiere jugar a brincar a las vacas y no puede; siempre se queda atorado"... Le dice un tipo a otro: "-Traes los ojos muy irritados". "-Sí, -responde el otro-. Hace una semana fui a un viaje de negocios. En el bar del hotel conocí a una dama que también hacía negocios en la ciudad. Le invité a tomar una copa y a cenar. Una cosa llevó a otra, y cuando acordé ya estaba con ella en su habitación haciendo el amor. ¡Yo, que nunca le había sido infiel a mi mujer! El día siguiente sentí tal remordimiento que me pasé toda la mañana llorando. Por eso traigo los ojos irritados". "-Oye, -se extraña el amigo-. Pero eso sucedió hace una semana". "-Sí, -concede el tipo-. Pero todas las otras mañanas también tuve que llorar"... Silly Konn, vedette de moda, era dueña de grandes preponderancias delanteras. Usaba brassiére copa A. Ah jijo. Cierto día que tomaba una copa en el bar se quejó con el cantinero. "-No sé cómo me preparaste esta cuba -le dice muy molesta-. Siento en el pecho un gran ardor". "-No es la cuba -le aclara el barman-. Lo que pasa es que tienes una mitad del busto adentro del cenicero"... FIN.

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