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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

Dos años en la Presidencia le quedan a Felipe Calderón. Y creo que él desearía que le quedaran nada más dos días. Tras de sí el presidente mira sólo frustración; hacia adelante únicamente ve desesperanza. Su gobierno es un árbol sin fruto cuyas hojas empiezan a caer en medio de un erial en el que reinan desánimo y miedo. Cuando le resta todavía un tercio de su mandato parece que el mandatario no tiene mando ya. Se limita a ver cómo dan vuelta las agujas del reloj y las páginas del calendario. Hierve el caldero de la política, y congelado está el de la administración. Todo gira en torno de la cuestión electoral; olvidados están los cambios que necesita este país para no hundirse más en el atraso y la inestabilidad. ¿Qué podemos esperar de los próximos dos años? Algunas lluvias; la salida del sol por las mañanas; varios estrenos cinematográficos; quizá un escándalo político o un desastre natural; nacimientos, bodas, muertes. En una palabra, lo de todos los días. (Nota. Contó mal nuestro amable colaborador: fueron cinco palabras). Pero en relación con este gobierno que sólo espera el paso del tiempo, lo único que podemos esperar ya es que pase... ¡Vaya desoladora reflexión la tuya, inane escribidor! ¿Acaso mojaste hoy tu mal cortada péñola en vinagre, bilis, atrabilis, acíbar, áloe o hiel? Comparadas con tus palabras, las de Kempis, von Hartmann, Leopardi, Schopenhauer y otros sombríos pesimistas tienen rosados tonos de Corín Tellado. No seas de esos hombres que, puestos a escoger entre un mal menor y otro mayor, escogen los dos. Ni digas, cuando se te pida que hagas crítica constructiva, que eres crítico, no albañil. Vuelve sobre tus pasos, insensato, y da salida ahora a algunos cuentecillos que saquen a la República del amargor en que seguramente tus conceptos la pusieron... Esta historieta es algo surrealista. Había un campo nudista para confetis. Cierto día entró en él una tachuela. Le comenta en voz baja una confeti a otra: "Ha de ser nuevo. No puede ocultar su excitación"... Don Mentorio, profesor de letras, fue sorprendido cuando manejaba en estado de intoxicación etílica. Llevado por un guardia al tribunal, el juez lo reprendió con acrimonia. "¿Ese es -le dijo- el ejemplo que da usted a sus alumnos?". "Reconozco mi falta, su señoría -admitió el apenado catedrático-. Pero le ruego tome en cuenta que no soy tan borracho como F. Scott Fitzgerald (sus enemigos lo llamaban F. Scotch Fitzgerald), ni tan licencioso como Hemingway, ni tan disoluto como Dostoievski, ni tan libertino como Poe". El juez se vuelve hacia el guardia y le ordena: "Detenga también a esos sujetos. No deben andar sueltos por la calle"... Celiberia Sinvarón, madura señorita soltera, llegó muy agitada a casa de su amiga Himenia Camafría, añosa célibe como ella, y le contó el desastrado suceso que le había acaecido. Al ir por un oscuro callejón le salió al paso un individuo que la amagó con un agudo picahielo. "Escoge, ruca -le dijo el asaltante-. Un piquete con éste, o un piquete con esto". "¡Qué barbaridad! -exclama, consternada, la señorita Himenia-. Y tú ¿cuál escogiste?". "¡Idiota! -profiere con enojo Celiberia-. ¿No ves que estoy viva?"... Doña Gorgolota, fiera mujer, le dice a su marido: "Mis amigas me contaron que te vieron con una vieja del brazo y por la calle. ¿Cómo te atreves a mirarme a la cara?". "Mujer -replica con mansa voz el casquivano cónyuge-. Con el tiempo se acostumbra uno a todo"... Aquel hombre ansiaba con vehemencia asistir a la final del campeonato de futbol, pero no tuvo dinero para comprar ni aun la localidad más económica. Grande fue su sorpresa, por lo tanto, y mayor su felicidad, cuando recibió por mensajería un boleto para el juego, y de los caros: tribuna central, primera fila. Decía la carta que acompañaba a ese boleto: "En premio a su afición por nuestro equipo le enviamos este obsequio. La directiva". Feliz, el hombre fue al partido. En el ínterin su esposa recibió en el domicilio conyugal a un individuo. Le dice al tipo mientras lo conducía a la recámara: "Batallé un poco para conseguir el boleto, pero tenemos 90 minutos para nosotros, y más si hay tiempos extra". (Y aparte un rapidito adicional, sugiero yo, en el caso de serie de penales)... FIN.

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