“¡Me está usted desnudando con la mirada!”. Así le dijo Susiflor, en son de queja, al caballero que no quitaba la vista de sus encantos. “Con eso debo conformarme, linda -respondió el añoso señor-. En las manos tengo artritis”. Aquella chica, llamada Farfa Llosa, era tartamuda. Un labioso galán le pidió la cesión, dación, entrega o rendimiento de su más íntimo tesoro. Ella respondió que no era de esa clase de mujeres. Pero cuando acabó de decirlo ya lo era. El vendedor contó en el pueblo que había buscado cinco veces a Bucolio en su granja, y no había podido dar con él. Al parecer el sujeto nunca estaba ahí. “La próxima vez que lo busque -le aconsejó un lugareño- deje su vehículo unos dos kilómetros antes de llegar a la granja, y luego camine. Así hallará a Bucolio”. El vendedor preguntó, intrigado: “¿Por qué debo hacer eso?”. Le explica el otro: “Hace un año un forastero llegó en automóvil a la granja, y la esposa de Bucolio huyó con él. Ahora cada vez que llega alguien en coche Bucolio se esconde, porque piensa que es el forastero que ha vuelto para regresarle a su mujer”. Hay en México muchos pueblos mágicos. Todo Oaxaca, sin embargo, es un Estado mágico. No hay un rincón en él que no tenga la nota de las antiguas cosas, de las culturas venerables que en esa tierra florecieron. Por todas partes se hallan huellas de los nobles antepasados aborígenes y de los recios ibéricos hidalgos que espada y cruz en mano llegaron de ultramar.Mitla y la Soledad; Santo Domingo yMonte Albán; en ellos late por igual el espíritu de lo oaxaqueño. Lástima grande es que esas bellezas, toda esa rica historia y tradiciones, sean empañadas de continuo por la torpe vesania (¡bófonos!) de algunos que con sus malos procederes acarrean desdoro y desprestigio a la entidad. Hablo de los mal llamados maestros que han hecho ya una industria del alboroto y la haraganería, profesionales a sueldo del plantón y de las manifestaciones. Hablo también de los inmorales líderes que medran a costa de la gente, y la convierten en instrumento de manipulación. Entiendo, sí, que hay en Oaxaca gran pobreza. Pero entiendo también que en la anarquía no está la solución a esas carencias. Sólo el trabajo es fuente de bienestar, y no puede haber trabajo ahí donde no hay orden ni paz. Con la llegada de Gabino Cué al gobierno estatal se inicia una nueva etapa en la vida de Oaxaca. Quienes amamos a esa hermosa entidad deseamos que esa etapa esté libre de la corrupción, del pernicioso populismo, de la impunidad y desapego de la ley que han sido lacra de los pasados tiempos. El nuevo Gobernador llega investido de respeto. Sus cualidades son reconocidas aun por sus adversarios. Esperemos que los compromisos adquiridos en una campaña en que se reunieron las fuerzas más dispares no vayan a ser lastre que disminuya las posibilidades de una buena administración, honesta y eficiente, en bien de Oaxaca y de los oaxaqueños. Babalucas pidió en el rancho cinegético: “Necesito algunos perros para cazar”. Le alquilaron varios. Al día siguiente regresó: “Necesito más perros”. “¿Cómo? -se asombra el encargado-. Ayer le dimos cuatro”. “Ya los cacé” contesta Babalucas. El maestro de Química era de origen escocés, y ya se sabe que los escoceses tienen fama de cuidar mucho el dinero. En el curso de un experimento el profesor echó varias monedas de un dólar en una probeta llena de ácido, y pidió a sus alumnos: “Díganme por qué este ácido no disolverá las monedas”. Responde sin vacilar un estudiante: “Porque si las disolviera usted no las habría echado ahí”. Doña Panoplia y don Sinoplio, nuevos ricos, se compraron una lujosa mansión. El día que la estrenaron don Sinoplio le hizo una traviesa proposición a su mujer: “Hagamos el amor en la biblioteca”. Ella, no acostumbrada aún a su nueva residencia, contestó: “No podemos. La cierran a las 7”. ¿Qué hacen los chinos cuando tienen una elección? Hacen el amor. (No le entendí). FIN.