En un jeep de los años 60 se realiza un recorrido tipo safari en Puerto Vallarta.
Advertimos que esta travesía no promete ser una arriesgada misión de Indiana Jones, pero sí una aventura en la selva de Puerto Vallarta para pasar por cascadas y ver monos arañas colgados de las ramas.
La ropa no tarda en ensuciarse. El calor hace que uno transpire a chorros. Considera llevar un cambio de ropa.
Para este safari familiar se adecuaron viejos camiones de los años 60. Ahora son jeeps para 12 personas.
El itinerario incluye una visita a dos pueblitos: El Porvenir y San José, los dos vecinos y a media hora de la bahía.
En San José, por ejemplo, te dejan entrar a la casita de madera de uno de sus habitantes. La dueña te recibe con un tentempié: tortillas que ella misma prepara en el comal con salsas: un taquito o dos para aguantar la caminata que viene.
El safari atraviesa un camino abrupto. La emoción radica en el zangoloteo y en el esquivar las ramas de las ceibas y de otros árboles. Las ruedas del jeep salpican de lodo a los pasajeros. Por más aferrado que vayas al asiento no puedes evitar los saltos. Luego hay que bajar del vehículo.
El guía recomienda buscar una rama que haga las veces de bastón en ese terreno tan quebrado. Cuidado con las piedras que se esconden debajo de las hojas secas.
Mucha atención a los monos arañas que brincan muy alegres, muy dueños de su selva, de una copa de árbol a otra.
Las iguanas se confunden con el color y la textura de los troncos. Verás guacamayas, serpientes y bichos raros.
Las cámaras de foto y video disparan como locas, a capturar la imagen del momento.
El recorrido a pie dura alrededor de 45 minutos.
El último destino es la playa privada Monterrey, a media hora de la marina de Puerto Vallarta, para compartir una parrillada. Quedan dos horas y media para nadar, jugar o nada más que tirarse al sol. No hay que olvidar toallas propias ni bloqueador.
