Beneficios. Los hábitos de higiene adquiridos por la emergencia de salud influyeron en que bajara la incidencia de enfermedades gastrointestinales y contaminación de alimentos. Deben seguir en práctica.
La comunidad desarrolló inmunidad a la influenza A porque convivió con personas enfermas.
VALORACIÓN
"Para nosotros (Durango) la mortalidad fue mínima, casi muy similiar a cualquier tipo de influenza", dijo Patricia Herrera Gutiérrez, a un año de la pandemia en México por el virus AH1N1.
Otros estados tuvieron mayor índice de mortalidad que Durango; a nivel nacional no se presentó el panorama que visualizaron los expertos.
"Desafortunadamente no lo conocíamos (al virus), teníamos antecedentes del de tipo aviar, podía mutar y modificarse"; cuando se detectó la influenza A en nuestro país se desconocía la intensidad pero se sabía que "estaba fuera de temporada".
TRANQUILIDAD
José Ángel Córdova, secretario de Salud federal, determinó que un año fue tiempo suficiente para bajar la alerta epidemiológica.
A finales del 2009 el virus presentó más complicaciones en mujeres embarazadas y se tomaron medidas. En la entidad una persona estuvo en dicha situación.
"Todos tenemos resistencia, creamos inmunidad porque estuvimos en contacto con alguien que tuvo la enfermedad", el virus se sigue debilitando. Pese al ambiente epidemiológico nacional en Durango "no se baja la guardia", recalcó.
PERMANENTE
El año pasado se redujo el índice de problemas gastrointestinales y de contaminación en los alimentos debido a las medidas de higiene que la comunidad adoptó para prevenir contagios de influenza A. "Yo veo muy relajadas a las personas en las condiciones actuales; son hábitos que no debemos dejar".