Agentes de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos decomisaron un helicóptero, del que sostienen que estaba destinado para envío a Irán en violación a las sanciones comerciales estadunidense a ese país.
Los agentes federales decomisaron el helicóptero, un Bell 412 de ocho millones de dólares, el pasado jueves en un hangar de Arlington, un suburbio de Dallas, donde había permanecido por orden judicial desde diciembre de 2009.
John Chakwin Jr., agente a cargo de la oficina de investigaciones de la ICE en Dallas, informó que el decomiso se realizó bajo las leyes de exportación de Estados Unidos tendientes a evitar que 'otros utilicen nuestra propia tecnología en nuestra contra'.
El helicóptero había permanecido en el área de Dallas sin permiso para volar desde que la compañía Textron, fabricante del aparato a través de su subsidiaria Bell, descubrió que la aeronave estaba en tránsito hacia Irán.
Textron y Bell denunciaron ante las autoridades federales el intento de exportación y tomaron control de la aeronave a fines de 2008 cuando estaba siendo desmantelada para su envío fuera del país.
Bell y Textron aseguraron en declaraciones judiciales que habían sido notificadas de que el helicóptero sería enviado a Irán.
Sin embargo, la compañía italiana Tiber Aviation, propietaria del helicóptero, aseguró en una demanda que interpuso para recobrar el aparato que nunca ha enviado aeronaves a Irán y que no tenía la intención de hacerlo.
Tiber sostuvo que compró la aeronave a la compañía mexicana Helivan en la Ciudad de México, junto con otros dos helicópteros Bell. Aseguró que esos dos helicópteros fueron enviados en forma directa desde México hacia Italia.
Añadió que decidió enviar el tercer helicóptero a Texas porque le resultaría más barato desmantelarlo antes de enviarlo al exterior.
Tiber acusó en su querella a Bell y Textron de robar el helicóptero y de comportarse como 'dos niños escolares peleoneros', además de mentir al gobierno estadunidense sobre los planes de la compañía.
La demanda señala que ejecutivos de Bell y Textron notificaron al Departamento de Comercio que el helicóptero sería exportado a Irán. Las autoridades federales ordenaron entonces a Bell retener la aeronave.
Tiber acuso también a Bell y Textron de haber solicitado la ayuda del gobierno federal para retener el helicóptero cuando no tenían derecho a hacerlo y equivocadamente han reclamado incluso la propiedad de la aeronave.
En una respuesta a la demanda de Tiber, Bell precisó que la mexicana Helivan nunca tuvo un título limpio o libre de obligaciones del helicóptero, y por ello no podía transferir la titularidad de la aeronave a Tiber.