El papa Benedicto XVI recibe en audiencia especial al arzobispo alemán Robert Zollitsch en el Vaticano. Su reunió se centró en el escándalo de abusos sexuales en el que están implicados curas alemanes. Se han denunciado unos 150 casos de abusos sexuales hasta el momento. (EFE)
El Papa Benedicto XVI defendió hoy el celibato sacerdotal exigido por la Iglesia Católica a sus ministros, norma que calificó de 'expresión del don de sí a Dios y a los demás'.
El pontífice hizo estas consideraciones en El Vaticano durante un mensaje dirigido a los participantes en un congreso teológico promovido por la Congregación para el Clero, bajo el lema: 'Fidelidad de Cristo, fidelidad del sacerdote'.
Advirtió también contra la 'tentación' de caer en los 'peligrosos reduccionismos del pasado' que consideraban al sacerdote como un mero 'agente social'.
'En un contexto de secularización difundida, que excluye progresivamente a Dios de la esfera pública, y que tiende a hacerlo también de la conciencia social compartida, a menudo se percibe al sacerdote como una persona distante', reconoció.
El Papa advirtió que ahora existe una 'gran necesidad' de sacerdotes que hablen de Dios al mundo, hombres no sujetos a 'modas culturales efímeras', sino capaces de vivir auténticamente la libertad que sólo la certeza de la pertenencia a Dios es capaz de donar.
Por ello llamó a los presbíteros a no dejarse arrastrar por la mentalidad dominante, que tiende a asociar el valor del ministro a su función y no a su ser.
Según Benedicto XVI, la vocación del sacerdote es muy grande y es siempre un 'gran misterio' que se manifiesta en personas con sus propios límites y debilidades, quienes deben sentirse impulsados a vivir con profunda fe.
'Los hombres y mujeres de nuestro tiempo nos piden únicamente que seamos sacerdotes cien por cien y nada más. Los fieles laicos encontrarán en tantas otras personas lo que humanamente necesitan, pero sólo en el sacerdote podrán hallar la palabra de Dios', apuntó.